El 'president' advierte de que tomará medidas si el «no» de ERC perjudica al texto
Actualizado: GuardarMaragall restó ayer tremendismo a la actitud de los republicanos, si bien confesó que su negativa a apoyar el Estatut supone un «serio tropiezo» para su Ejecutivo. Pero no fue más allá, sólo anunció que tomará «inmediatamente las medidas que sean necesarias» si «la cohabitación» de posturas contradictorias sobre el Estatut en el Gobierno «perjudica», aunque sea «mínimamente», la aprobación de la reforma. Ése es, según el presidente de la Generalitat, el objetivo supremo de la legislatura y su «responsabilidad como presidente pasa por la aprobación del Estatut», y en esa labor debe implicarse «toda la Generalitat».
Las palabras del jefe del Ejecutivo autónomo estaban dirigidas a los consejeros republicanos, quienes, según anunció el presidente del partido, Josep Lluis Carod Rovira, no van a participar en la campaña del referéndum. Una inhibición que tiene dos interpretaciones: un gesto amistoso hacia Maragall porque de intervenir en los mítines tendrían que defender el «no», o bien un desplante con el que evidencian el desmarque de la postura gubernamental.
Para evitar que el desacuerdo chirríe aún más, el presidente de la Generalitat anunció que tras la aprobación de la reforma en el Senado este miércoles, convocará a los líderes de Esquerra e Iniciativa para intentar buscar una postura que pese a «a la diversidad» de opiniones no incida en el referéndum. Después informará a CiU de la estrategia acordada.