IMPLICADA. Ángeles Caso, ayer en el Baluarte de la Candelaria.
Cultura

Artistas omitidas

La escritora y periodista Ángeles Caso convocó a un gran número de lectores durante la presentación de 'Las olvidadas'

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Se quedó con ganas de más. Después de la larga ovación que le regaló la sala al término de su conferencia, Ángeles Caso (Gijón, 1960), buscó el feedback de sus lectores y admiradores (numerosos, muchos se quedaron de pie, sin asiento), pero éstos prefirieron esperar al contacto directo, a tener la privacidad y la coartada que da la posterior firma de libros para hacerle llegar sus opiniones, antes que expresarlas en voz alta. Como no queriendo traicionar la relación íntima, sin intermediarios, que se produce entre un lector y un escritor a través de la lectura de sus obras. También se dieron cita algunos curiosos, atraídos por la popularidad -de la que ella reniega- que le dio en su día presentar los informativos de la televisión estatal o sus trabajos en la radio.

Aunque todavía se le asocie al sambenito de presentadora del telediario, lo cierto es que desde que Ángeles Caso decidió darle cancha a su vocación de escritora se ha ganado el respeto del mundo literario. Fue finalista en 1994 del Planeta con El peso de las sombras -ganó esa edición Camilo José Cela- y el Fernando Lara de novela por Un largo silencio, en 2000.

En Cádiz, lugar al que volvía después de cuatro años, presentó ayer su última obra, un ensayo titulado Las olvidadas (Planeta), donde trata de rescatar del ostracismo a aquellas mujeres creadora que desde el siglo XII al XVII destacaron en algún campo artístico, pero fueron zancadilleadas y olvidadas por la historia debido a su condición de féminas.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento, Antonio Castillo, y el filólogo y anterior vicerrector de Extensión Universitaria de la UCA, Antonio García Morilla, fueron los encargados de presentar y acompañar a la escritora asturiana en esta Feria del Libro. «No he visto ninguna feria en un lugar (por el baluarte) tan hermoso, en una ciudad tan mágica y luminosa», comenzó diciendo Ángeles Caso, antes de citar a la escritora Safo cuando vaticinó que «algún día alguien se acordará de nosotras». «Han tenido que pasar 3.000 años», añadió ella. También leyó citas misóginas escritas por San Pablo, San Agustín, Fray Luis de León, Bocaccio, Quevedo y Lutero, que negaban la capacidad intelectual y hasta los derechos humanos de las mujeres. Quiso recordar la figura de aquellas monjas de la Edad Media que desde sus conventos cultivaron los saberes. Evocó la pluma de Santa Teresa, de la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz y, ya en el siglo XVII, de las andaluzas Ana Caro y María de Fallas. En el mundo de las artes plásticas, aludió a la pintora Juana Pacheco (casada con Velázquez), a la escultora Camille Claudel (amante de Rodin), y trajo al presente la historia de la artista sevillana Ignacia Roldán (La Roldana) escultora de cámara de Carlos II, que nunca percibió pecunia alguna por su trabajo en palacio.

Historias de mujeres sacadas de la Historia que han encontrado en Las olvidadas su reconocimiento.