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Con el mundo por montera y la Estrella de guía
Durante algunos años se denominó Duque de la Victoria en recuerdo al general Espartero. Y también Sagasta
Actualizado: GuardarEsta calle sí que tiene arte. Estamos nosotros, LA VOZ, pero ante estuvo y está mucha otra gente güena. Gente con algo que contar y que cuenta, y gente rara, rara, rara, rara... Tan rara que un día te pinta un mal cuadro y lo regala, y otro va vestío de faralaes.
Desde la Victoria hasta el recortable, la calle Porvera -por vera de la muralla- es un auténtico y verdadero bulevar.
«Aquí hay de todo. Si cerraran esta calle durante tres meses podríamos vivir aquí sin ningún tipo de problemas. Te puedes comprar un móvil, y hasta cerrar un viaje para las vacaciones. comer, beber...», comenta Juan Daniel Carretero, un tio muy rumboso e hijo de Daniel, quien durante años ha retratado -habló del padre-, miles de bodas, bautizos, comuniones, y cualquier paisaje donde esté presente Jerez.
Es en esta calle, donde quizás te puedes encontrar de todo comparándola con otros rincones de la ciudad. Por haber, había hasta hace poco la residencia oficial del toreo jerezano. Hoy lo único que queda frente a las taquillas que regentaba la familia Doña unos pocos reventas. Porque despistados sigue habiendo, sobre todo cuando llega la Feria. Y aquí sí hay toros.
Han habido tantos despitaos que nos colocaron incluso a Alfonso X El Sabio en la muralla; aquella puerta nueva de Chancillería que duró tres siglos y en la que figuraba Nuestro Padre Jesús.
Pero mucho después de esto, hablamos con Rocío Jiménez, y con su hija, Susana Martín. En la papelería que gobiernan, le preguntamos por la calle Porvera. «Es una calle estupenda, muy buena», dice Rocío, pero «todos los colgaos pasan por aquí». «Hay algunos que lo tenemos casi en propiedad. Es uno de los nuestros; como el escalichao», replica Susana. Llevan nueve años con el negocio. Antes, frente a la Escuela de Artes y Oficios, hoy más cercana al centro. Mientras Susana atiende a una cliente, Rocío asegura que «es una calle muy alegre, divertida y amenizada gracias a los bares que tenemos cerca». «Que compren o no compren es otro cantar, pero ésta es una calle para pasear. De las más bonitas».
Una farmacia, una tienda de todo a 5, 10, y ó más de 20 euros. Zapaterías, joyerías, lugares para el bebercio y el comercio; esta calle es un bazar. Que digo un bazar. Un zoco. Hasta una academia..., inmobiliarias, en un paseo al cual cada uno le da su tiempo y que exige el momento.
«Es una de las mejores calles de Jerez, si hablamos de lo comercial», asegura Fernando Orellana, el jefe de La Cañita. Bar que el próximo año cumple diez entre nosotros. «Mira si esta calle es buena que hasta vosotros -por LA VOZ- os habéis venido aquí. Hay mucho comercio y ha crecido bastante. Hace diez años no había nada. Todas las calles tienen una acera buena y mala, y esta es la mejor», añade Fernando. «Lo único malo es que con tanto árbol cuando llega un día malo, sobre todo nublado, es demasiado sombría».
«De todas formas, desde el cierre del Arenal se ha convertido en la principal vía de acceso al centro, y eso ha contribuido a que el comercio haya mejorado».
La más modernita es Tiendas Tipo. Allí Antonio Sandoval aguanta de todo. Que si la Niña Pastori, que si los Rolling, que cómo se llama el tío del papá voi acé un corrá. Es una tienda de música y aquí entra de tó. «Llevó cinco años y creo que ya tengo derecho a la antigüedad», comenta el cachondo de Antoñito, el cual siempre va al «trabajo en bicicleta. Yo y una holandesa que vive aquí al lado. Creo que somos los únicos. Esta calle debería de ser peatonal. ¿Fuera los coches! Si la Porvera fuera peatonal sería la mejor de Jerez».
Seguimos y seguimos. Esta calle no acaba nunca, gracias a Dios, dirían por La Victoria. Los Ángeles Nocturnos, la Fundación ONCE, etc.
La Cepa de Oro; xerecismo en estado puro. Con más gorras que en los aparcamientos de la Feria. Quién no recuerda su terraza estática con todos los guiris bajo ella escapando del lorenzo cuando en Jerez era más difícil ver a un extranjero que encontrar un cupón ganador.
A la Espartería y Persianas Porvera llegamos con el calor del malleto. O es la resaca del jueves noche o Manolo y Juan Luis Becerra Medina son como dos gotas de agua. ¿Coñio! son gemelos. «Primero estuvo mi padre y ahora nosotros. Es casi la única tienda artesana que queda en pie en Jerez. «Llevamos unos ochenta años. Como el quiosco de Paco Castro». «Fuimos el primer negocio en abrir en esta calle y ahora tenemos una nave donde realizamos todos los trabajos y desde aquí los distribuimos y vendemos».
Qué decir de Paco Castro. Es el testigo de cargo de todas las historias de esta calle. Y de la ciudad; sin duda alguna. Cualquier rotativo, del país que sea, por muy pequeño que sea, promoción, revista..., si lo busca en calle Porvera lo encuentra. Ahora no hay chiringuito, pero al lado de la pequeña Venezuela sigue perenne, como si el tiempo no fuera con él.
Frente a Ídolos; parada y fonda en El Fili, José Moreno García, ese pequeño gran hombre dispuesto siempre a ayudar a sus amigos. Cerveza fresca que te crió y; «oyé, cuéntame». «Esta es la calle Estafeta. Eso dijo un cliente un día: «que desde la Victoria hasta la muralla esta calle es otra historia». Llegaron a pedir hasta un abrevadero en lugar de El Sabio Alfonso».
Esta zona es «territorio del escalichao». Para qué más datos. Lugar del Tío Realo, patriarca de Santiago y «el hombre que cuenta más chascarrillos en un minuto». Donde pace Fernando El Bicho, la persona más buena del mundo y que más velas pone a los santos y que se pasa todo el día con el transistor en la oreja.
«Es una calle de mucho tránsito. Sobre todo de turistas. Con tanto museo por aquí cerca es algo normal». «Es la calle más puntera de Jerez, la más cachonda y la más alegre, aunque falta mucha seguridad, sobre todo por la noche», dice el Fili.
Al lado, la Taberna de Petra o de la Guerra de las Galaxias, como algunos llegaron a denominarla allá por los años ochenta. Incluso algún pseudopoeta escribió sobre esta comarca que era el lugar de «lo majaras», con todo el cariño claro y sin ningún tipo de mofa.
Por último, vitaminado y mineralizado, recalamos en Floristería Olmedo. «Llevamos treinta años aquí», nos cuenta su propietario que sale por patas en cuanto nos ve. Cercamos a Paqui Conde como una manada de leonesa un Ñu durante un documental de la dos. «Aquí vienen todos los novios y novias de Jerez. Espero que se casen muchos, así vendemos mucho», aclará parapetada tras unos girasoles de pega. «La sombra que tiene esta calle no la tiene ninguna en Jerez», añade.
La Escuela de San José; su estrella y su burra, sus madres y sus niños, han visto en el tiempo el deambular de sus gentes. Fue la antigua casa de Cilla, donde se recogían los diezmos de la Diócesis de Sevilla, por eso la Giralda y las jarras de azucenas -emblemas ambos del Arzobispado de Sevilla-, los que coronan la puerta del colegio.
Duque de la Victoria, en recuerdo al general Espartero, fue alguna de sus denominaciones. También Sagasta o Marqués de Arizón.
Está claro que algo nos hemos dejado en el tintero. Ustedes perdonen. Pero siempre hay tiempo para todo. Y esta calle da para mucho más. Y lo habrá.