La hormiga y los cincuenta puntos
Actualizado: GuardarÉrase una vez que se era, una hormiga trabajadora que se marcó como objetivo, antes de los meses invernales, lograr 50 kilos de alimento. Consciente de sus limitaciones planificó el reto con sentido: trabajar mucho desde el principio, para que cuando llegara el cansancio, tener casi conseguida la permanencia en el lugar, y no bajar al subsuelo.
La hormiga empezó tan fuerte que en pocos meses casi tenía conseguido el objetivo. Los habitantes comenzaron a sorprenderse y a animar a la hormiga porque, de seguir así, podría incluso llegar a obtener el premio del ascenso de rango. La hormiga pasó de tener muy pocos amigos a ser el centro de atención.
Sorprendentemente, cuando estaba a falta de 7 kilos para lograr el objetivo, las fuerzas comenzaron a bajar y la hormiga no volvió a ser la misma.
Todo le costaba el doble de esfuerzo. Ya no sumaba los kilos tan alegremente como al principio, y los récords que se vislumbraban se perdían poco a poco entre la maleza.
Quizá si hubiera recibido alguna ayuda cuando estaba en la mitad del trabajo, otro gallo hubiera cantado. La decepción se apoderó de la población. Nadie encontraba una explicación lógica. Unos culpaban a la propia hormiga, otros a la población, a la dejadez, al abandono...
Al final, la hormiga, exhausta, cumplió con creces la suma de 50 kilos, pero lo que al principio parecía un éxito, quedó en decepción ante la oportunidad perdida.
Moraleja: Por mucha voluntad que le pongan, nada puede hacerse cuando al final faltan fuerzas... Y nadie puede acusarte de no haberlo intentado, cuando lo has dado todo para lograr tu objetivo.
También lo haría Al igual que quien firma.