ARRESTADO. Un policía iraquí detiene a un presunto insurgente en Basora. / AFP
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La insurgencia iraquí recibe al nuevo primer ministro con varios ataques en Bagdad

Los terroristas logran burlar la extrema seguridad de la 'zona verde' de la capital y acaban con la vida de siete civiles en los once ataques que se registraron

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La insurgencia recibió ayer al recién designado primer ministro iraquí con una oleada de atentados que sacudieron Bagdad y el sur del país pérsico. En el centro de la capital, la Policía registró un total de once ataques con mortero que se cobraron la vida de al menos siete civiles e hirieron a otros ocho, según señalaron fuentes de las fuerzas de seguridad.

Los civiles fueron alcanzados a primera hora de la mañana por varias explosiones cerca del Ministerio de Defensa, enclavado en la fortificada zona verde. Una vez más, los insurgentes lograron burlar las extremas medidas de seguridad que con las que se supone que está blindado este enclave. Según el teniente de policía Maitham Abdul Razzaq, era difícil identificar a las siete víctimas porque las explosiones fueron de gran potencia. Algunos de los miembros de los fallecidos estaban seccionados y también se esfumó cualquier posibilidad de encontrar sus tarjetas identificativas.

Pese a ello, pocas horas después, fuentes de seguridad locales precisaron que todos los fallecidos eran empleados del Ministerio de Defensa.

Otros ataques

En otro ataque similar en el barrio de Al Daura, en el sur de la capital, falleció un civil y otros dos resultaron heridos. Asimismo, un hombre y un niño perecieron y otros siete menores resultaron heridos de diversa consideración al estallar una artefacto explosivo en la localidad de Al-Mahmudiya, al suroeste de la capital.

Por otra parte, el general Hamed Names, jefe de la policía de la provincia de Salahedin, al norte de Bagdad, salió ileso de un atentado con bomba. Sin embargo, el ataque segó la vida de uno de sus guardaespaldas.

Paralelamente, la policía informó del hallazgo de un total de seis cadáveres de jóvenes con impactos de bala y señales de haber sido torturados, en el área de Yamila, situada en el este de la capital iraquí. Y al noroeste de Bagdad, tres soldados estadounidenses fallecieron cuando su vehículo fue alcanzado por la deflagración de un objeto explosivo artesanal.

Estos ataques se registraron un día después de que el Parlamento designase -a propuesta del recién elegido presidente, Yalal Talabani- al chií Jawad al Maliki como nuevo primer ministro, poniendo de este modo en marcha un proceso político destinado a cerrar las distintas heridas abiertas tras los últimos enfrentamientos entre las comunidades chiíes y suníes y continuar la lucha contra la insurgencia y la violencia sectaria.

Ayer, el nuevo mandatario comenzó las consultas con los diferentes grupos políticos para la formación de un gobierno de unidad nacional, que será el primero no provisional que tendrá el Irak de la posguerra.