'Pelotas'
Actualizado: GuardarLa 2 de TVE emitió la otra noche, en su espacio Documenta 2, la película de Julio Médem La pelota vasca, la piel contra la piedra. Como el lector recordará, esta película creó una gran polémica cuando se estrenó hace tres años porque adoptaba un tono equidistante entre el entorno de ETA y las víctimas del terrorismo. De hecho, tres de las personas que aparecen en la película -Iñaki Ezkerra, Gotzone Mora y Antonio Elorza- pidieron que sus testimonios fueran retirados de la cinta. Médem no lo hizo, y a los tres los vimos en el pase que proyectó La 2. Documenta 2, cuando pasó por la pantalla grande, no fue un éxito de público. Menos aún lo fue en esta exhibición televisiva: apenas medio millón de espectadores. Pero esa ausencia de espectadores la compensa con el polémico eco que levanta siempre.
La crítica, que suele ser muy indulgente con el cine español, ponderó mucho la mano de Médem en esta cinta. Es verdad que la selección de paisajes, la fotografía, el ritmo -algo muy trabajoso en un documental de testimonios- y, en general, todos los aspectos técnicos del relato son bastante notables. Con todo, hay dos lagunas serias que nacen de la dispar atribución de recursos técnicos discutibles, como la aceleración de la imagen sobre algunos testimonios, que comunica una impresión paródica (así en los casos de Iñaki Ezkerra o Juan Pablo Fusi), o la sucesión de parlamentos en términos de contraposición o contradicción, que inevitablemente beneficia al que habla el último.
La pelota vasca manda un mensaje global que puede resumirse así: esto tiene arreglo si hablamos, a pesar del mucho daño que ha hecho Aznar. Es una opinión que, como (casi) todas las opiniones, puede tolerarse en el circuito de la libertad de expresión. Pero el paisaje cambia si situamos esa opinión en el contexto de una televisión pública y en el momento que actualmente vivimos tras el «alto el fuego» de ETA. TVE no es una cadena con una línea editorial propia e independiente: es una institución de estricta obediencia gubernamental ayer, hoy y, probablemente, mañana. En ese sentido, todo cuanto emite ha de ser atribuido, lógicamente, a la voluntad del Gobierno.
Este Gobierno anda empeñado ahora en un llamado «proceso de paz» con ETA para el cual ha requerido el apoyo de la oposición política. Oposición que, sin embargo, queda señalada como «obstáculo para la paz» en el documental de Médem emitido por La 2 de TVE. La circunstancia levantará necesariamente nuevos conflictos y resquemores. En el plano estrictamente televisivo, no levanta nada, sino que más bien consolida una convicción generalizada: TVE es la voz de su amo.