CONCURRIDO. Bernardo Palomo, Fernando Franco, Lalia González-Santiago, Fernando Francés, Ángel L. Pérez Villén y Juan Bosco. / A.V.
Cultura

Propuestas y modelos centran el debate sobre el arte contemporáneo

El foro incidió en la necesidad de elaborar un proyecto propio para Cádiz Se habló sobre la dificultad de la creación o la desprotección del galerismo

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Ni las húmedas corrientes del antiguo museo, ni la incómoda ingravidez de un horario intensivo sin lugar para la pereza pudieron ayer con la efervescencia de un debate que reunió en torno al arte contemporáneo a un nutrido grupo de personas. Artistas, técnicos y ciudadanos de a pie se reunieron en el marco del Baluarte de la Candelaria para escuchar las reflexiones que algunas de las más importantes personalidades del género en Andalucía desplegaron sobre la mesa. La importancia de la formación en la implicación de la sociedad civil en el arte, el difícil camino de los galeristas o los diversos modelos estratégicos que han hecho de la creación contemporánea un foco de riqueza en ciudades como Oporto, fueron algunos de los temas que destiló una jornada en la que una conclusión se deslizaba veloz entre los corrillos: la posibilidad de que sea una plataforma ciudadana la que encabece el debate y la actuación estratégica sobre el arte contemporáneo en Cádiz.

Trascendental para la conformación del futuro modelo del centro de arte actual previsto para Cádiz, la mesa El arte contemporáneo y las instituciones contó con la experiencia de Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, que enumeró los problemas derivados de la importación de modelos externos al mundo de las colecciones y centros museísticos tal y como ocurrió con el IVAM o el MNAC. Francés defendió los centros de arte como «lugares de debate y divulgación en los que el arte es un elemento dinamizador de la ciudad» y apostó por los modelos de gestión estructurada o mixta propuestos desde la UE. «Estos concilian el que la gestión pública vele por el bien común mientras que el centro se beneficia de lo positivo de la gestión privada en las cuestiones técnicas». Siempre, especificó, «con un pliego de condiciones que establezca que ese acuerdo se romperá si no se cumplen los controles de calidad establecidos por la UE».

Considerado como una excepción en el panorama museístico Andaluz por su amplia labor didáctica y la dinámica de sus colecciones propias, el centro malagueño sirvió para marcar las deficiencias perceptibles en otra parte de Andalucía donde, en opinión de los críticos Ángel Luis Pérez Villén y Juan Bosco, existe una carencia de equipos profesionales -visible en la dependencia que los proyectos tienen de una persona en particular- así como un fuerte déficit en la formación que no debería limitarse a las universidades, donde para Bosco ya es «lamentable», sino desde infantil y también hacia los colectivos desfavorecidos.

Propuestas para Cádiz

Fernando Franco, presidente de la Fundación BIACS (Bienal de Sevilla) se refirió a la cita sevillana como un ejemplo de iniciativa privada y ciudadana «al principio sin ningún apoyo y más tarcon la ayuda de una Junta de Andalucía que explícitamente nos ha trasladado su voluntad de que sigamos siendo nosotros los que la organicemos».

En el caso de Cádiz, Francés se remitió a la experiencias de Oporto o Vigo como ciudades que encontraron en el arte una herramienta de progreso y desarrollo a pesar de las circunstancias económicas adversas. «Las empresas e instituciones públicas y privadas de esta ciudad deberán ponerse de acuerdo para encabezar un proyecto ambicioso en el que se tendrán que tener en cuenta muchos factores pues hay que crear una línea de actuación específica y con un objetivo conceptual propio, no copiado», aseguró.

Compuesta por creadores pertenecientes a distintas corrientes y generaciones la mesa El arte contemporáneo actual puso sobre el tapete la problemática de la posmodernidad en la creación. Un ámbito para el que «ya no hay modelos» y a medio camino entre la mercadotecnia de la sociedad de masas y la lucha por la independencia creativa ante la fuerte competencia. Para el pintor Curro González «la industria cultural necesita un flujo de productos que poner en el mercado a través del marketing y el artista debe moverse en ese ambiente tal vez a modo de contraespionaje porque la tentación antisistema también termina legitimando al capitalismo triunfante».

A favor de su postura estuvo la intervención de Ignacio Tovar que llamó la atención sobre que los artistas actuales «lo tienen más fácil porque es sencillo producir o hasta exponer pero difícil porque no lo es tanto mantenerse y elaborar un discurso propio».

Mª Ángeles Díaz Barbado denunció «la ruptura» que supone las dificultades de un artista para establecer contacto con las galerías así como la falta de comunicación hacia un público «que lo ve como algo aislado sin sabe porqué está ahí».

Todos los artistas coincidieron en el peso del marketing y los grandes eventos como algo irreversible en el mundo del arte y llamaron la atención sobre los casos en los que una sobreexposición mediática de obras no suficientemente consolidadas han supuesto que ciertos artistas «mueran de éxito». Con clara vocación de continuidad, el debate también tocó temas como la libertad del creador convertido en docente institucional, la difícil tarea de evaluar la calidad o los retos de una sociedad en la que cada vez más gente se siente artista.

Concentración

Por último, la mesa Mercado del arte y coleccionismo puso de relieve la desprotección del sector de las galerías y del coleccionismo en comparación con otros negocios y actividades económicas que reciben la protección institucional o fiscal. Con la presencia de Magda Belloti, galerista gaditana obligada a asentarse en Madrid, y de los directores de espacios emblemáticos en el arte andaluz como Sandunga en Granada o Rafael Ortiz en Sevilla, los galeristas denunciaron la concentración del negocio en las grandes capitales y en torno a las empresas más grandes.

Los asistentes coincidieron en la importancia de la educación en la sensibilización hacia un ámbito en el que una gran cantidad de dinero se está perdiendo en pseudoferias de ínfima calidad u obras de trascendencia cuanto menos cuestionable. «Si no esto sólo seguirá mientras siga nuestra ilusión», adelantó Fernando Roldán de Cavecanem en Sevilla.

«A un señor que construye un edificio o sale a pescar se le ayuda. Pues la inversión en arte es importante porque es cultura», afirmó el coleccionista Carlos Delgado en una mesa en la que se puso de manifiesto que la inversión en arte no interesa porque «no se traduce en votos a corto plazo».

Bajo la coordinación de la galerista gaditana Milagros Delicado, la jornada contó con la colaboración de la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y LA VOZ.