DESATASCO. La autovía ha mejorado las comunicaciones con Barrio Jarana y Puerto Real.
TEMAS DEL DÍA

Bueno para el tráfico, malo para el negocio

La apertura de la variante de Barrio Jarana ha aliviado la circulación de la zona pero no ha ayudado a los comercios

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nunca llueve a gusto de todos. Este antiguo refrán vuelve a cobrar sentido tras la apertura de la variante de Puerto Real a la altura de Barrio Jarana, en la que el alivio inmediato para el tráfico que ha supuesto su entrada en funcionamiento contrasta con el perjuicio real que ha conllevado para algunos de los negocios de esta barriada. Algunos, como la gasolinera, incluso han tenido que reducir sus horarios y recolocar a sus empleados, ya que las expropiaciones de la autovía supusieron además la desaparición de una de las dos gasolineras existentes, ambas del mismo concesionario.

Las opiniones aquí por tanto se dividen entre las de los vecinos y usuarios habituales de la autovía. Éstos se muestran muy satisfechos por esta infraestructura, que permite reducir el trayecto a Jerez entre cinco y diez minutos desde la capital. Antonio realizó el trayecto desde Chiclana hasta el hospital de Puerto Real y afirma que la nueva vía supone un alivio para el tráfico y que le ha permitido llegar antes al hospital. Sin embargo, no le impidió tomarse un café en una de las cafeterías de Barrio Jarana.

Y es que los dueños de restaurantes son algunos de los más perjudicados por la nueva autovía, según confirmaron a LA VOZ, empleados de dos de los establecimientos de la zona. Cristina trabaja en un hostal con restaurante que a las 12.30 horas de un día laborable tienes todas sus mesas y la barra vacías. «Sí se ha notado, ahora para menos gente», reconoce, aunque también asegura que los clientes habituales siguen siendo fieles.

Es una opinión similar a la de Dolores, la dueña de un establecimiento que lleva más de 30 años en esta barriada. «Nosotros tenemos una clientela fija de hace muchos años, por lo que no nos afecta tanto, pero algo sí se nota», admite esta señora, que se plantea vender el negocio, pero no por la falta de clientes.

Un caso singular es el de la gasolinera. Su gerente, Manuel Campe, dice que al principio notaron un gran bajón porque la señal de salida de la autovía está muy cercana a la incorporación de los vehículos a la carretera. «Muchos coches todavía se la pasan y tienen que coger la siguiente y dar la vuelta», explica Campe.

Esta gasolinera tuvo que reducir los horarios y recolocar a parte de su personal, aunque ahora está empezando a remontar, reconoce su encargado. «Cuando la gente se acostumbre a las señales vendrán más clientes», confía, al tiempo que apuesta por recuperar las 24 horas de servicio en verano.