De Villepin descarta dimitir y «librará hasta el final» la batalla por el empleo

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, zanjó ayer los rumores sobre su dimisión por la crisis del contrato juvenil al mostrarse dispuesto a «librar hasta el final la batalla a favor del empleo». La declaración del jefe del Gobierno, que separó su destino personal de la suerte del Contrato Primer Empleo (CPE), no apaciguó a los estudiantes contestatarios, que multiplicaron los cortes de circulación rodada y ferroviaria en apoyo al ultimátum sindical para la abolición de la reforma antes del próximo día 17.

«No soy alguien susceptible, no tengo amor propio en este terreno», dijo Villepin en la novena rueda de prensa mensual de un mandato que no pretende acortar pese a unos rumores que tildó de «conjeturas» y «fantasías». A modo de tímido mea culpa, admitió que había «querido ir rápido» con el CPE para obtener resultados inmediatos en el empleo juvenil. Pero eludió pronunciarse sobre si la ley está muerta, un diagnóstico generalizado, e insistió en defenderla como «una herramienta» para luchar contra el paro.

Preconiza el diálogo

El primer ministro conservador preconizó un diálogo «sin ningún a priori ni tabú» en las conversaciones entabladas entre los interlocutores sociales y una representación parlamentaria de la gobernante UMP. De la discusión «sacaremos juntos las conclusiones», dijo en una versión de la frase que, conjugada en primera persona del singular, había disparado la víspera las acusaciones de «chantaje a la dimisión».

Sordos a las explicaciones farragosas de Villepin, los líderes sindicales reiteraron que la verdadera negociación no podrá emprenderse hasta que sea derogada la reforma laboral. «Frente a la crisis, que no contribuye a calmar, el primer ministro ha vuelto a justificar el CPE cuando nada es posible sin que un golpe de gracia sea efectiva y muy rápidamente propinado a ese dispositivo», valoró Jean Claude Mailly, secretario general de Fuerza Obrera.

Decepcionados

Los representantes de las principales organizaciones estudiantiles salieron decepcionados de su primera entrevista con los representantes del poder y llamaron a mantener la presión e intensificar el movimiento. Los rectores realizaron un doble emplazamiento al Gobierno y a los estudiantes a salir urgentemente de la crisis.

Desde primera hora del día, grupos de jóvenes cortaron autopistas, carreteras y vías de tren en París, Rennes, Caen, Toulouse, Estrasburgo, Lille, Lyón, Dax, Mont de Marsan, Limoges y otras ciudades. Según datos ministeriales, 42 universidades están afectadas por los paros, 9 permanecen cerradas o bloqueadas y 33 funcionan con normalidad.