El líder vuelve a tirar del carro azulino
El gol de Dani Pendín sirvió para comenzar a poner punto y final a una crisis de resultados que se ha prolongado durante once eternas jornadas
Actualizado: GuardarLos grandes hombres salen en los grandes momentos. El vestuario, el entrenador, el presidente, la entidad, la afición necesitaba a su líder, y Dani Pendín no falló. Lucas Alcaraz volvió a confiar en el hispanoargentino y el medio centro azulino se encargó de tirar del carro a base de carácter y de mucho fútbol.
Para el preparador xerecista no es uno de los fijos, pero para la hinchada azulina es el auténtico líder. En sus cánticos siempre es el titular.
Al igual que el resto de sus compañeros, inició el encuentro especialmente motivado, consciente de que pocos trenes de Primera más pasarían por sus narices. A los pocos minutos tuvo una primera llegada al área. Acabó con los brazos en la cabeza y pegándole un manotazo al larguero porque la había desaprovechado. Instantes después, Mendoza le mandó un centro desde la izquierda. Mientras caía el balón del cielo de Alicante, Dani tuvo tiempo para concienciarse de lo importante que era aquel esférico. No le tembló el pulso y lo empotró contra el fondo de la red que todavía defendía Sergio Sánchez. Gol del líder y punto final a la racha negativa.
Peso en el vestuario
Por veteranía, por experiencia, por su forma de ser, por lo que Dani significa... Por todo ello, Pendín se autocargaba con la responsabilidad de dar un paso al frente. «Llevo mucho tiempo aquí. Junto con Vicente Moreno y Mendoza, soy de los que más años acumulo aquí. Después, por la edad, también soy de los más grandes, y me siento con esa responsabilidad de tirar para adelante, de apoyar a los más jóvenes... No sé, se les debe pedir ayuda a todos, pero nosotros, los más grandes, tenemos que tirar del carro. Muchas veces me sentía un poco impotente por no poder ayudar al equipo, pero ahora tengo la satisfacción personal de haber podido marcar, ganar el encuentro y aportar al conjunto».
Ayer se reencontró con el gol tras varios meses sin ver puerta, y con su acento argentino tuvo palabras para todos. «El gol se lo dedico a mi mujer, a mi hijo, a los compañeros, al míster, a la afición. Estoy muy orgulloso de pertenecer a este vestuario. Y ahora, pese al cansancio me encuentro muy feliz»
La sequía de triunfos se ha prolongado demasiado, y él no escurre el bulto ni siquiera ahora que han salido las primeras gotas de la victoria. «Llevábamos muchísimo tiempo sufriendo. La afición puede pensar que no lo pasamos mal, pero el cuerpo técnico y los jugadores sabemos bien por todo lo que hemos pasado en los últimos tiempos».
Dura semana
Ningún integrante de la plantilla azulina olvida las más de siete horas de trayecto entre Valladolid y Alicante. «El viaje de vuelta fue muy duro. La manera en que se produjo la derrota en el José Zorrilla nos afectó mucho. Una vez en Alicante, creo que los días que hemos pasado juntos nos ha venido muy bien para convivir y ser conscientes de lo que nos jugábamos. Pienso que eso se vio. Desde que salimos del hotel, pasando por la llegada al campo o en el momento de saltar al terreno de juego se notaba que era un día especial. Nos jugábamos muchísimo y había tensión».
Aún así, el de Rosario no niega que volvieron a aliarse con la fortuna. «También tuvimos esa suerte que había abandonado al equipo. Nos adelantamos en el marcador y después, con el dos a cero el partido estaba prácticamente resuelto».
Once jornadas sin sumar tres puntos de una tacada han provocado que las críticas se amontonen. «Hay gente muy oportunista que quizá, cuando íbamos bien no abrían la boca y en los momentos duros nos han machacado. Si lo hacen con razón lo veo normal, porque hemos acumulado muchos encuentros sin ganar y la gente se cabrea. Pero algunos han salido a decir cosas que no venían a cuento, como por ejemplo que había problemas en el vestuario con el entrenador. Eso nos dolía y no podíamos decir nada, lo único que teníamos que hacer es ganar un partido para demostrar que estaban equivocados, y gracias a Dios, lo hicimos. Eso sí, hubiera sido mejor vencer mucho antes».
Temporada irregular
No está siendo la mejor temporada para Dani. No está teniendo toda la regularidad que al él le gustaría y ha dejado de ser la pareja de baile indiscutible de Vicente Moreno. «El día de Tenerife me fui bastante dolido y estuve varios días jodido por el penalti. Por eso cuando marqué me fui a celebrarlo con todo el equipo. Adelantarnos en el marcador significaba mucho porque hacía tiempo que no nos pasaba. De esta manera fue un golpe anímico».
Ahora la moral vuelve a estar alta, pero habrá que refrendar el buen momento mañana ante el Eibar. «Tenemos un partido dificilísimo, muy complicado, igual que todos los que se juegan en Segunda y tendremos que estar muy centrados para que no vuelvan a salir las dudas».