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Prestamistas modernos
La subida en los tipos de interés y el elevado nivel de endeudamiento llevan a muchas familias gaditanas a unificar el pago de sus deudas en una sola letra
Actualizado: GuardarAlgunos los llaman intermediarios financieros, pero la sabiduría popular los considera prestamistas, como se denominaron toda la vida. Dentro de esta catalogación habría que diferenciar a las cada vez más numerosas empresas de servicios financieros, que han surgido con fuerza en los últimos años a raíz de una coyuntura económica e inmobiliaria compleja en donde la subida de los tipos de interés, la precariedad laboral y el nivel de endeudamiento de las familias ponen trabas para acceder a una hipoteca en muchos sectores de la sociedad.
Operando de manera legal, estas empresas suelen ofrecer dinero a cambio de unas condiciones especiales, mucho más severas que en el caso de los bancos o cajas de ahorro. Así, en este apartado se engloban firmas como CrediÁgil, Re-Financia o Abacus Consultores Financieros, que ofrecen una amplia gama de productos pero que tienen en los préstamos rápidos o en la reunificación de deudas, a sus estrellas.
La principal ventaja que suelen ofrecer son el ahorro económico en las mensualidades a pagar, pero a cambio de que sus clientes deban afrontar una deuda mucho más dilatada en el tiempo para devolver con creces los intereses. Así por ejemplo, si una familia gaditana paga una letra de piso de unos 360 euros, una mensualidad de su coche de unos 240 euros y tiene otros gastos fijos al mes de 120 euros por préstamos personales, la letra unificada a pagar no sería de 720 euros como sumarían las tres juntas, sino de 366 (354 euros de ahorro).
Contrapartida
La contrapartida está en que la hipoteca original finalizaría en 20 años y la nueva deuda reunificada haría que la cuota se extendiese en el tiempo hasta más de 30, pagando finalmente casi el triple en intereses de lo que se abonaría en una entidad bancaria habitual.
Además, y en el caso de que alguna familia quisiera obtener de manera rápida y sencilla 3.000 euros, tal y como anuncian las campañas de publicidad televisivas de este tipo de empresas (unas 75 de ellas supervisó en el último año el Banco de España tras superar los 350 millones de euros de beneficios), debería hacer frente a un TAE (Tasa Anual Equivalente) o interés superior al 20%, cuando una entidad bancaria no supera habitualmente el 8 ó 9% en préstamos personales.
En la provincia de Cádiz continúa trabajando actualmente un número indefinido de profesionales que se dedican a negociar en nombre de sus clientes las condiciones supuestamente más ventajosas para éstos con las entidades bancarias a cambio de una comisión que oscila entre los 400 y los 3.000 euros.
Este periódico se ha puesto en contacto con hasta tres supuestos intermediarios bancarios que sólo facilitaban en sus anuncios en la prensa local un teléfono móvil como medio de localización y que carecen de oficina. «Estoy constantemente en movimiento y puedo estar por la mañana en Chiclana y por la tarde en La Línea», argumentaba uno.
Con unas medidas de cautela que revelan la irregularidad de sus operaciones, el prestamista garantizaba al redactor de este medio: «conseguirás las mejores condiciones porque soy amigo de algunos directores de bancos de tu ciudad», lo que refrendaba poco después añadiendo: «podemos reunificar todas tus letras», a cambio naturalmente de una comisión cuya cuantía no anunció hasta pasados veinte minutos de conversación. «Yo cobro según lo que haga, pero en tu caso podríamos decir que hablamos de unos 1.000 euros más los gastos derivados del levantamiento de hipoteca, la búsqueda de condiciones o Notaría».
Gestión rápida
De este modo, la penalización de este tipo de profesionales supone aún mayor cuantía que la que realmente ofrecería una entidad oficial, si bien la gran ventaja que tiene para muchas familias gaditanas que confían en sus servicios es la rapidez de su gestión y sobre todo la ausencia de burocracia.
En muchas ocasiones el dinero negro suele estar detrás de operaciones de este tipo que además carecen de contratos firmados por escrito y que si se redactan suelen contemplar claúsulas abusivas para el consumidor.
En la operación solicitada por LA VOZ a uno de estos intermediarios bancarios que anuncia que no le importa tramitar «hipotecas difíciles, casos de embargos, subastas o impagos» registrados en las listas de entidades oficiales como RAI o ASNEFF, el prestamista prefería que se le pagara «en metálico».