Precios e hipotecas
Actualizado: GuardarEl Instituto Nacional de Estadística acaba de anunciar el dato adelantado sobre el cambio en los precios al consumo del mes de marzo. Y las cifras son esperanzadoras en el marco de una economía recalentada, como la española. Frente al 4,2 % de enero y el 4 % de febrero, el IPC del mes que acaba de terminar se queda en el 3,9 %. Los españoles habíamos llegado a hacer del 4 % una barrera psicológica para nuestra inflación, y una vez que hemos bajado de ella parece que todo el mundo respira más tranquilo. Esto incluye al ministro Solbes, que tras el anuncio del INE expresó su confianza de que al final de año la cifra acumulada ronde el 3%. Parece que la energía y algunos alimentos han tenido algo que ver con esta pequeña moderación, y el Gobierno espera que estas mejoras se mantengan. Sin embargo, no todas las noticias han sido tan buenas. El Euríbor ha alcanzado este pasado marzo el 3,1%, es decir, el nivel más alto desde el 2002, y esto va a tener un serio impacto sobre la letra mensual que difícilmente se corregirá través de las hipotecas mixtas (con tipos fijos y variables) que el ministerio pretende impulsar dentro de su Plan de Dinamización.
Dentro de las funciones del Gobierno entra el socializar el optimismo cuando se desaceleran los precios e intentar amortiguar el impacto de las hipotecas en una sociedad como la española con una carga de deuda por vivienda muy superior a lo aconsejable. Pero esta tarea no le va a ser fácil al vicepresidente económico y su equipo. Los índices de confianza están cayendo en todos los sectores y en la economía en general, tanto por parte de las empresas como de los consumidores, y esta tendencia está, a buen seguro, conectada con el mal camino que llevan los precios y las subida de los tipos. La inflación ha llegado a convertirse en el problema número uno de la economía española, y aunque es cierto que en términos históricos nunca ha estado a niveles tan bajos, también lo es que nunca la economía española había estado tan abierta a la competencia internacional dentro y fuera de nuestras fronteras. Desde el primer trimestre del 2004 el diferencial de inflación con nuestros socios comerciales más importantes se mantiene peligrosamente alrededor de dos puntos porcentuales, y esto quiere decir que en tan solo un quinquenio el diferencial de inflación acumulada puede sobrepasar el 12%. Si esto se redujese a unos pocos casos, la destrucción de beneficios, inversión y empleo no pasaría de ser un problema sectorial, pero una mirada atenta a la estructura de nuestro déficit comercial demuestra que el problema se está extendiendo peligrosamente hasta afectar a muchas actividades, y que el asunto deja de ser un problema micro para convertirse en algo sistémico y de graves consecuencias sobre el empleo y el crecimiento.