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Bielorrusia vive su jornada de protestas más violenta contra el fraude electoral

Fuerzas antidisturbios se enfrentan a miles de manifestantes que trataban de acceder al centro donde permanecían detenidos cientos de opositores Milinkiévich anuncia un «amplio movimiento político» contra la dictadura

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Violentos choques entre manifestantes y la Policía se registraron ayer en Minsk, la capital de Bielorrusia. Las fuerzas antidisturbios cargaron contra los simpatizantes de la oposición tras producirse al menos cuatro explosiones de origen desconocido. Ése pareció ser el detonante para que los agentes, armados con porras, cascos y escudos, se lanzaran contra la multitud en la avenida Dzerzhinski. Sobre el asfalto yacían varias personas y se pudo ver a al menos a dos manifestantes, con la cabeza cubierta de sangre, que fueron socorridos por ambulancias. También resultaron heridos varios uniformados.

Tras las detenciones masivas practicadas en la madrugada del viernes por fuerzas antidisturbios con el objetivo de desalojar la Plaza de Octubre, los partidarios del líder de la oposición, Alexander Milinkiévich, intentaron ocuparla nuevamente. Ese lugar había sido desde el domingo el escenario de una protesta permanente, con acampada incluida, según el modelo acuñado en Ucrania durante la 'revolución naranja'.

La manifestación fue convocada por Milinkiévich como respuesta a los arrestos y con el objetivo de celebrar el llamado Día de la Libertad, fiesta no oficial en recuerdo de los seis meses de independencia que vivió la república antes de ser anexionada, en 1918, a la URSS por los bolcheviques.

Al frente de miles de personas con pancartas y antiguas banderas bielorrusas -blancas con una franja roja en el medio-, el dirigente opositor Alexander Kozulin, candidato a la presidencia en las elecciones del domingo, quiso dirigirse hasta el centro de detención de la Policía donde en un primer momento fueron conducidos los arrestados. Entonces se oyeron varias explosiones y la Policía cargó de forma contundente.

Los manifestantes hicieron frente a los efectivos antidisturbios con piedras, palos e incluso las astas de las banderas y consiguieron detener en principio el avance de los agentes. Fuentes de la oposición dijeron que el propio Kozulin y el líder y también ex candidato a la presidencia, Alexander Milinkiévich, se encontraban entre las decenas de detenciones que practicaron las fuerzas del orden, aunque sólo se confirmó el arresto del primero.

Desde el viernes, toda la zona, en donde se encuentra la sede de la presidencia, estaba tomada por la Policía. Los accesos a la Plaza de Octubre, lugar habitual de las concentraciones, estaban también cortados desde la estación de metro. Los participantes en la acción de protesta gritaron consignas como 'policías, uníos al pueblo' y 'no hay celdas para tanta gente'.

«Elecciones justas»

Poco antes de estallar la violencia, Milinkiévich anunció en un mitin la creación de un «amplio movimiento político», cuyo objetivo es «acabar con la dictadura» del actual jefe de Estado, Alexander Lukashenko. «Nuestros lemas son libertad, verdad y justicia», proclamó, y añadió que el objetivo es «conseguir elecciones justas y honradas sin el actual jefe de Estado».

Milinkiévich exhortó a «no esperar cinco años más (de mandato presidencial) para construir una Bielorrusia libre» y, ante la imposibilidad de intervenir por radio y televisión, controladas por las autoridades, prometió «inundar el país de periódicos y llegar hasta cada ciudadano engañado». «Nadie cree en los resultados de las elecciones», dijo, y «lo principal es que nos hemos librado del miedo y son ellos ahora quienes nos temen a nosotros».

Mientras, aún se desconocen los cargos de los que se acusan a las doscientas personas que permanecen detenidas desde el viernes. Muchos de los arrestados han sido trasladados a distintas cárceles y sus familiares intentan sin éxito averiguar a cuál de ellas en particular.

La comunidad internacional ha condenado las manipulaciones habidas en las elecciones del domingo, en las que el actual presidente, Alexander Lukashenko, obtuvo el 83% de los votos, mientras Milinkiévich apenas superó el 6%.