Polideportivo

La fiesta del motor comenzó en las gradas

El Circuito de Jerez presentó el mejor aspecto de su historia en una jornada de entrenamientos; ni la nueva autovía pudo evitar las aglomeraciones en los aledaños

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Se confirmaron las previsiones climatológicas y el sol lució durante la última y decisiva jornada de entrenamientos del Gran Premio de España. Unos entrenamientos que si tuviéramos en cuenta la cantidad de público que se dio cita en el trazado jerezano podríamos considerar como una auténtica carrera en la cumbre. Cerca de doscientas mil personas se sumaron ayer a la fiebre por el motociclismo y ni la recién estrenada autovía pudo evitar los atascos en las inmediaciones de una de las catedrales del motor.

Las miles de motos provenientes de todos los puntos de la geografía española trajeron el calor a Jerez y el color a las gradas del circuito, que presentó el mejor aspecto de su historia en una jornada de entrenamientos. Desde primeras horas de la mañana los monos de Valentino Rossi, los cascos de Dani Pedrosa y auténticas réplicas de las Kawasaki de De Puniet y Nakano fueron desfilando por unos aledaños que comenzaban a colapsarse. La hora punta, entre las doce y la una del mediodía, momentos previos del inicio de la manga de 125 cc. El atasco se prolongaba durante varios kilómetros y el reguero de motocicletas se alargaba en el horizonte hasta que la vista decía basta. El resultado, muchos no llegaron hasta las dos, cuando debía iniciarse la clasificación de MotoGP. Una vez dentro del circuito, la locura general. Las tiendas hacían las delicias de los más megalómanos, ávidos de llevarse para sus tierras cualquier souvenir que demostrara su presencia en el inicio del Mundial 2006. Las competición, por algunos momentos, se convertía en lo de menos, en una simple excusa para pasar el rato con los amigos y disfrutar de un ambiente inenarrable. Excepto cuando Sete Gibernau y Dani Pedrosa pasaban por el binomio de curvas Ángel Nieto-Pelousse. Allí se produjo el accidente de la jornada, protagonizado de Alex Hoffman, y allí se pudieron escuchar las mayores ovaciones tras confirmarse la pole de Lorenzo o el segundo puesto de Sete Gibernau.

Curiosos y famosos

Mientras en los montes más ruidosos se aglutinaban centenares de neveras en las que se podía encontrar desde una lata de refresco a un jamón de pata negra, el paddock reflejaba un ir y venir constante de famosos y curiosos que luchaban a brazo partido por hacerse con un autógrafo de sus ídolos. Imposible acercarse al motorhome de Rossi o Pedrosa, custodiados cual fortaleza se tratara, frénetico el ritmo dentro de los improvisados talleres de cada equipo y una estrella del famoseo por encima de todas. La ex chica play boy y ex concursante de La Granja, Arantxa Bonete, causó bastante furor a su paso por cada rincón del circuito. La misma que espera la afición que causen hoy los pilotos españoles.