El largo vuelo de Rocío
A última hora de la tarde de ayer despegó de Houston el avión-UVI que hoy trae de regreso a la chipionera, que irá directa al hospital Montepríncipe de Madrid
Actualizado: GuardarEn el hospital Montepríncipe estaré cuatro o cinco días, luego me iré enseguida a casa», le confesaba Rocío Jurado a su hermano Amador Mohedano el pasado miércoles cuando hablaron por teléfono. «Está loca por volver, le hace una ilusión enorme», me contaba Amador ayer, horas antes de que la artista abandonara la clínica Anderson de Houston para emprender vuelo rumbo a Madrid. La salida fue a la una del mediodía (ocho de la tarde en España) y el vuelo realizaría una parada técnica, seguramente en las islas Azores, para repostar.
Al cierre de esta edición, el avión privado que Montepríncipe ha convertido en una UVI móvil volaba sobre el Atlántico rumbo al aeropuerto de Torrejón de Ardoz, donde se espera su aterrizaje desde primeras horas de la mañana. Un largo vuelo, dos meses en Houston que han sido eternos y un final emocionante que sólo los que viajan a bordo de ese jet podrán vivir en directo. «No quiero ni imaginar lo que va a sentir mi hermana cuando el piloto le diga que ya están en España, cuando tomen tierra», confiesa Mohedano, al que lo vivido le ha servido también para conocer la grandeza humana de muchas personas. «Lo que nos ha sucedido es muy duro, pero lo más bonito de todo son las muestras de cariño y los mensajes que nos han llegado de todo el mundo. Es en esos momentos cuando entiendes que Dios existe».
Para la familia la experiencia ha sido muy dura y muy difícil, especialmente los veinte días de angustia que han pasado cuando la salud de la artista se complicó y no veían el momento de la mejoría. «Menos mal que ya pasó lo peor. Desde hace unos días Rocío ha ido mejorando. La dejé en Houston hace una semana y estaba más recuperada. No es verdad que pese 40 kilos. La última vez que la vi pesaba 56 y mi mujer, Rosa, me cuenta a diario que cada día está más fuerte, por lo que seguro que ha cogido algún kilo estos días», añadía. Como dato, Amador asegura que Rocío se ha tomado algún cocidito que otro que le hacía su cuñada. «Al principio se lo licuaba, luego ya menos», puntualiza.
Estos días Rocío Jurado siempre les decía a sus familiares que quería abandonar la Anderson por su propio pie, pero lo cierto es que su salida no ha sido la que esperaban. «Eran tantas las ganas por volver que en cuanto se ha puesto un poquito mejor, dentro de lo delicado de su problema, hemos decidido volver». Por supuesto, el viaje es de los considerados de alto riesgo, y para tal fin se preparó una UVI con un equipo médico de primera fila que, antes de regresar, tuvo un encuentro con los médicos de Houston para conocer la situación exacta de la que es ya su paciente.
El doctor Guerrero pudo cotejar con sus colegas norteamericanos los informes médicos de la cantante, con el fin de saber exactamente su estado actual. Antes de ese encuentro, el resto de los familiares abandonaron Houston en vuelo regular de American Airlines con una escala en Miami. Aunque la lucha de la «más grande» aún tiene muchos capítulos que batallar, su vuelta a España ya es una victoria.