Chico Ocaña revela los ritmos del flamenco urbano en una película
El cantante de Mártires del Compás protagoniza 'Ar meno un quejío', un híbrido entre documental y ficción
Actualizado: GuardarEl cantaor Chico Ocaña muestra los ritmos del flamenco urbano en el largometraje Ar meno un quejío, un género híbrido entre la ficción y el documental, donde se retrata, a través de la historia de una realizadora, la vida y el trabajo del artista en su grupo musical Mártires del Compás.
Se trata de la segunda película que participa a concurso en la sección Zonazine del Festival de Málaga, en la que «con una línea argumental suave», se descubre la fuerza del Flamenco Billy -de la calle- de la mano de su precursor, Chico Ocaña, aseguró ayer el director, Fernando de France.
El filme cuenta la historia de una realizadora aficionada que conoce a Chico en un concierto y por curiosidad decide realizar un documental sobre el flamenco actual visto por este cantaor.
Aprovechando la gira de su grupo, Mártires del Compás, le sigue por España, Italia y Cuba,entre otros, donde busca captar con la cámara de ocho milímetros de su novio actuaciones, entrevistas y anécdotas del viaje. Desde el inicio, el hilo argumental queda en un segundo plano y la narración se centra en descubrir el concepto de flamenco urbano, la fusión de estilos y su contribución a la música.
Participantes
El protagonismo de Chico Ocaña y su grupo es evidente, aunque también participan otros maestros del cante, el baile y la guitarra, como El Cabeza, Rosana Papalardo, Inés Arébalo o Celia Lazo.
Este proyecto cinematográfico nace «al margen de la industria del cine, por pasión a Chico», ya que la cámara le va siguiendo a los lugares donde actúa, por lo que es «una película libre» indicó su productor, Luis Miñarro.
Para su director, la idea del filme «era un experimento cinematográfico», ya que se buscaba «la misma frescura e inmediatez» de Chico, mediante una narración improvisada, sobre «la marcha de una pequeña puesta en escena» en un rodaje que se iba planteando a medida que retrataban las actuaciones del grupo, en una construcción «tanto na-rrativa, como musical».
Ar meno un quejío toma el nombre de la única canción de Chico que no lleva letra, según explicó él mismo, que reconoció sentirse «un autor privilegiado» en la película, aunque no como un actor.
Ocaña aseguró que en el filme el espectador descubre «el flamenco de la calle que llega a la imagen de la cámara», gracias a que el compás «me hace inventar palabras» y llegar a otros ritmos.