La Eurocámara reclama también la clausura del centro de detención
Actualizado: GuardarEl Parlamento Europeo reclamó ayer desde Estrasburgo el cierre del centro de detención norteamericano de Guantánamo, el otorgamiento a los prisioneros que en él se encuentran de un trato conforme a la legislación humanitaria internacional, y su enjuiciamiento «en el plazo más breve posible tras una vista justa y pública, a cargo de un tribunal competente, independiente e imparcial».
La resolución parlamentaria, que obtuvo una abrumadora mayoría, fue consensuada entre la gran mayoría de los grupos políticos de la institución. La suscribieron populares, socialistas, liberales, Verdes/Alianza Libre Europea e Izquierda Unida Europea.
La Eurocámara condena toda forma de tortura y de malos tratos, reconoce que el terrorismo contemporáneo constituye una amenaza para los derechos humanos básicos y fundamentales, pero reitera que la lucha contra el terrorismo, aunque prioridad de la UE y aspecto fundamental de su acción exterior, «sólo puede llevarse a cabo con éxito si se respetan plenamente los derechos humanos y civiles».
La resolución mandata al presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, para que la posición de la institución sea comunicada tanto al Consejo, la Comisión y los Estados miembros como al secretario general de Naciones Unidas, y al presidente y al Congreso de los EE UU.
Scotland Yard
Por otra parte, el jefe de la brigada terrorista de Scotland Yard, Peter Clarke vaticinó ayer en Londres que la lucha contra la red de Al Qaeda durará más de diez años. Clarke calificó de «optimistas sin esperanza» las opiniones de algunos expertos que predicen que la amenaza integrista estará bajo control en un plazo de cinco a diez años.
En un discurso dictado ante el Instituto Real de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad, el responsable policial destacó que «más de 60 personas» sospechosas de terrorismo están a la espera de ser procesadas en este país. Clarke indicó que esa cantidad de casos pendientes por terrorismo alcanza un «nivel sin precedentes» en Reino Unido, sin aportar detalle alguno sobre los imputados.