Cinco meses poniendo la mano
La corrupción en el Servicio Fiscal se detectó en el mes de septiembre Los agentes recibieron dinero de turistas, inmigrantes y empresarios
Actualizado: GuardarEsta práctica corrupta de un tercio del Servicio Fiscal de la Guardia Civil de Málaga, destinado en el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, fue detectada en el mes de septiembre pasado, aunque la investigación judicial no se abrió hasta diciembre, según ha podido saber LA VOZ de fuentes próximas a la investigación. Este dato significa que los 19 agentes llevaban, al menos, cinco meses poniendo la mano a pasajeros, aunque ese tiempo podría ser mayor incluso.
Entre los guardias civiles arrestados hay distintos grados de implicación. Además, eran conscientes del alcance de sus acciones, pues cuando uno de ellos estaba de servicio con otros dos compañeros que no compartían esa manera de proceder, rehusaba a pringarse.
El secretario provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Málaga, Antonio Gaspar, consideró positivo que sea el propio instituto armado el que depure los posibles hechos delictivos que, supuestamente, cometían estos agentes, aunque hizo hincapié en la presunción de inocencia de todos ellos.
Dos meses de pesquisas
Las investigaciones han durado dos meses. En este tiempo se han detectado una docena de casos, que han tenido a pasajeros de distinta índole como protagonistas. Los investigadores de Asuntos Internos y de la Policía Judicial pudieron constatar que entre los pasajeros que pagaron dinero a los detenidos se encuentran turistas, inmigrantes y empresarios de nacionalidades tan variadas, como turcos, hindúes, chinos y paquistaníes.
Compañeros de los detenidos desaprobaron esa forma de proceder de los agentes y lamentaron la mala imagen que de este caso va a sacar la Guardia Civil. Sin embargo, añadieron que, como trasfondo, están los pésimos sueldos que perciben estos agentes en comparación con los de otros cuerpos policiales, como los de la Policía Local.
La necesidad de cambiar de vehículo o el capricho de premiar a su familia con un viaje al Caribe son circunstancias que llevan a veces a estos guardias civiles a aceptar el cohecho. En este caso investigado, las cantidades eran pequeñas, aunque continuas, si bien en alguna ocasión llegaron hasta los 500 euros, según ha podido saber este periódico.