Cartas

Sobre los estanqueros

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Los estanqueros montan ahora el cirio porque una compañía tabacalera ha bajado repentinamente sus precios. Cuando antes, como era corriente, los subían, ellos repercutían en el día los precios superiores en los clientes, a los que a veces vendían tabaco viejo por haberlo almacenado demasiado tiempo en espera de nuevas subidas.

Las mismas tabacaleras han sido condenadas muchas veces por la Justicia por prácticas mercantiles deshonestas, monopolistas, contrabando, etcétera. Pero ¿qué moralidad podemos esperar en unos y otros, que persiguen su mayor beneficio a costa de un producto que saben enferma y mata a los enganchados a esa droga maldita?

El cierre, el cerrojazo de los estancos de Cataluña «por inventario» nos debe invitar a pensar, hacer inventario, y acabar ese infame comercio aún legal. Con el tiempo se visitarán los restos históricos de las instalaciones de tráfico de esa droga con la misma incredulidad y asco con que hoy ya hacemos las de los de los antiguos traficantes de esclavos, que al menos se esforzaban, aunque fuera por propio interés, por preservar la salud de sus víctimas.

Pablo Ruiz Ortega. Madrid