CÁDIZ

Veinte minutos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Comenzó el concurso en el Falla con la fase clasificatoria. Para participar en esta parte del certamen no hace falta más que contar con la participación de unos cuantos que apoyen una idea, e inscribirse. Esto te permite unos veinte minutos de atención de todos los medios de comunicación de la ciudad.

Tan sólo por ello, todas las emisoras de radio que hay en Cádiz te abrirán sus micrófonos, los periódicos te dedicarán un espacio, la televisión local utilizará sus flamantes cámaras (con cabeza caliente incluida) y toda la infraestructura de un gran teatro con su público incluido, se pone a tu disposición para que digas lo que se te venga en gana. Esto es así. Es la grandeza de este concurso. Todo un lujo.

Pero mientras este privilegio es aprovechado para engrandecer la fama del gaditano de ser gente ocurrente, brillante y rápida de reflejo para sacarle una sonrisa a la vida, otros, carentes de una capacidad que vaya más allá que de escribir su nombre en un papel, hace un uso abusivo de tan generoso despliegue para volcar sus frustraciones a la vista de todos, durante veinte minutos.

El mundo de las cofradías, como todo lo que forma parte del entramado vital de esta ciudad se refleja en los repertorios y, claro está, es objeto de esta situación.

Mientras la genialidad de quien lleva el saber del duende chirigotero entre sus venas, como Manolo Santander o la figura que se agiganta aún más en el escenario de el Falla Emilio Gutiérrez Cruz (El Libi) hacen una parodia de una parte del mundo cofrade, haciéndonos pasar veinte minutos maravillosos.

Tratando el tema de los cargadores con respeto y diría incluso con cariño, tanto que no han ahorrado esfuerzo en asesorarse por todo aquel que ha querido colaborar, otros como reverso de una misma moneda, han utilizado esos mismos veinte minutos para ofender impunemente.

Pero a éstos no le dedicaremos más atención porque no se merecen ni un instante más de los veinte minutos que ya han tenido en el escenario de el Falla.