La calidad del Castilla hunde a los xerecistas
Tras superar el dos a cero del primer tiempo, el Xerez sucumbió ante la técnica de los canteranos que remontaron en los últimos cinco minutos
Actualizado: GuardarBalboa, ¿Fichalo!, De la Red, ¿Fichalo!, Adrián Martín, ¿Fichalo!, Jurado, ¿Fichalo!, ¿Fichalo!, ¿Fichalo! Cómo juegan esos niños caray. Cualquiera de ellos es capaz de liarla y decidir un encuentro. Hasta el más torpe es capaz de firmar una de las bicicletas de Robinho o una ruleta a lo Zidane. No era casualidad que el partido se disputara en la ciudad deportiva del Real Madrid, ni que los rivales del Xerez portaran en el pecho el escudo del club más laureado del mundo. El filial blanco no conoce aquella fórmula de fútbol directo por la que el central pega un balonazo en busca del punta. El juego de los merengues sólo tuvo una senda que nacía en los pies de cualquiera de los centrales, pasaba por las botas de Rubén de la Red y llegaba en corto a Jurado. En cuanto en sanluqueño se apoderaba del cuero, comenzaba la magia. El media punta estuvo inspirado y soportó el bagaje ofensivo de su equipo. Durante la primera mitad no hizo demasiada chispa con Soldado, pero se apoyó continuamente en Balboa y Adrián Martín, dos auténticos puñales. A medida que iban pasando los minutos, la figura del gaditano iba creciendo y creciendo, hasta atemorizar a los azulinos con solo realizar un amago. El ritmo del encuentro fue altísimo. En gran medida soportado por los cachorros de Valdebebas, pues los xerecistas se quedaron un pelín deslumbrados por la calidad técnica del Castilla. Eso sí, los hombres de Alcaraz demostraron la inteligencia futbolística que el técnico del Xerez intenta inculcarles. Cuando vieron que frente a ellos había un cuadro técnicamente superior, tiraron del plan B y remontaron a base de jugadas a balón parado.
Salieron a por todas
Los de Portugal aprovecharon esos minutos iniciales en los que el Xerez suele tantear al rival. El Castilla se los estampó en la boca pues en el siete de juego, De la Red abrió el marcador. La jugada es de las que salen en el manual táctico de cualquier amante del buen fútbol: nace en la derecha, va de lado a lado y acaba con un pase atrás que el medio centro merengue coloca lejos del alcance de Julio Iglesias.
La reacción azulina no tardó en llegar. Selu dio un aviso a saque de esquina pero Duque saca bajo palos. El colmo de los males para el defensor de Puerto Real llegó cuando en el cuarenta y cinco mandó el esférico al fondo de la red de su propio guardameta. Caras largas y desquiciadas de camino al vestuario.
Turno xerecista
Lejos de hundirse, la puesta de Alcaraz fue a doble o nada. Adelantaron líneas y metieron a los blancos en su área. El reflejo no tardó en llegar y Pedro Ríos mandó un derechazo al palo.
En el minuto cuatro llegó el primer córner. Todo el plantel era consciente de la importancia que podían tener estas jugadas ante un equipo que compensa con calidad sus importantes carencias tácticas. Selu cabecea y Guille, pegado al palo, la empuja. Era el impulso que necesitaban para volver a meter la cabeza en la pelea.
Ahora el Xerez monopolizaba la posesión del balón. En el siguiente saque de esquina, diez minutos después, Selu se quitaba la espina y convertía en gol el córner sacado por Ismael y peinado en el primer palo por Vicente Moreno.
La inercia de llegar desde atrás colocaba por encima a los azulinos, pero pronto la calidad del filial madridista pintaba una escena incierta en Valdebebas. Cualquiera de los dos podía marcar. Alcaraz pedía a los suyos ese esfuerzo colectivo del que hablaba en la previa. Era muy necesario, pues los de blanco siempre se iban de su par y obligaban al compañero a realizar la cobertura.
Camuñas, al que se le notaba que algún día se cultivó en la factoría blanca, saltó al césped para terminar la faena. De hecho firmó una gran jugada y metió el estoque hasta la bola. Hubiera bastado para que cualquier miura clavara la rodilla, pero el descaro de estos chavales es enorme.
Jurado, el más grande, no había parado de crecer, y tiro del carro para que sus compañeros siguieran peleando por una victoria que momentáneamente se había esfumado. De la Red volvió a engancharla desde fuera del área en un mal despeje de Julio Iglesias. Empate. Y Jurado concibió una obra de arte en un palmo del prado. Triunfo. Los blancos necesitaron firmar el mejor partido de la temporada para derribar al líder de la categoría. Psicológicamente el vestuario salió muy tocado de Valdebebas, pese a acumular sólo la tercera derrota de la temporada.