Amargo debut; dulce consagración

Incomprensiblemente Fernando Morán se ha llevado media temporada sin equipo. Una pelea de dirigentes de la que salió vencedor su enemigo le dejó fuera del Racing y los contactos en verano tanto con el Cádiz como con varios clubes de la Premier League no fructificaron. La salida de Manolo Pérez del club amarillo provocó que el tren cadista le pasará de nuevo por delante y esta vez sí se subió, y en marcha. A pesar de que Espárrago es un hombre poco dado a introducir a los nuevos a las primeras de cambio, Morán debutó como titular en el día de ayer. Frente a él, en el centro del campo se topó con una de las grandes sensaciones del presente campeonato liguero, Fredson Cámara. El brasileño, de la mano de Lotina, ha conseguido conjugar su enorme potencia física con un correcto trato de balón. Su largo recorrido en el centro del campo le permite llegar con peligro al área rival y marcar varios tantos, como el que cerró la cuenta del Espanyol en el Ramón de Carranza.

Ayer, sin embargo, estuvo mucho más gris de lo habitual. Su majestuoso regate a Mario Silva en los inicios del choque fueron únicamente unos pequeños fuegos de artificio que no terminaron de explotar durante el resto de la contienda.

Morán, por su parte, comenzó algo frío, como el ambiente que se respiraba en la grada. En la primera parte su participación fue bastante escasa. La presión de Costa fue efectiva y únicamente encontró consuelo en un par de ocasiones que se desplazó hacia la derecha en busca de su posición natural, la de interior derecho. Precisamente desde ahí asistió a la perfección a Oli para que el delantero ovetense desperdiciara la mejor ocasión del cuadro gaditano en la primera parte.

En la segunda, con Fredson ya en el banquillo, Morán fue de los pocos que insistió hasta el final en remontar la eliminatoria. Incluso pudo marcar en el último lance del encuentro, pero su disparo, que fue desviado por un defensa, salió rozando el poste de Iraizoz para completar un debut amargo.