«En el trabajo soy independiente, pero necesito tener cerca a mis amigos»
La hija de Ana Belén y Víctor Manuel llega el viernes al Teatro Moderno de Chiclana con su primer papel protagonista: la nueva adaptación de 'El cartero de Neruda'
Actualizado: GuardarSe confiesa Marina San José aturdida y agobiada por el interés y la expectación que despertó su presentación teatral. «Lo comprendo, por ser hija de quien soy, pero no termino de acostumbrarme», dice con una media sonrisa que delata su extraordinaria timidez. Ha pasado ya mes y medio desde que debutara en Avilés, en El cartero de Neruda, una obra teatral de Antonio Skármeta que ha dirigido y producido José Sámano y que el viernes llega al Teatro Moderno de Chiclana. En la oficina del productor, bajo su mirada protectora, Marina asegura que «estoy encantada con el recibimiento del público y con el desarrollo de la gira. Estoy aprendiendo sin parar».
-¿Es el escenario el lugar que se imaginaba que era?
-Yo conocía ya los entresijos del teatro, porque he estado detrás muchas veces, pero sí, es como yo había pensado que sería.
Destino inevitable
-Imagino que en una casa de artistas como la suya resulta inevitable pensar en dedicarse al arte, pero ¿cuándo decidió definitivamente ser actriz?
-Al terminar el instituto tenía varias posibilidades. Una de ellas era entrar en el Laboratorio de William Layton para estudiar interpretación, y me decidí por esta opción. Cuando entré ya lo tuve claro. Aunque he estudiado también canto, porque creo que un actor necesita la mayor formación posible.
-Pero, ¿podría ser que se dedicara en un futuro a la música como sus padres o su hermano?
-Quién sabe. Siempre me ha gustado mucho la música y podría ser. Ya estuve haciendo coros en la última gira de mis padres. No podría decidirme entre el canto y la interpretación.
-El caso es estar encima de un escenario...
-Sí, pero no siempre ha sido así. Yo de niña quería ser veterinaria, porque tenía una idea muy romántica de esa profesión.
-Su debut ha sido muy llamativo, con una producción importante y rodeada de prensa. ¿No hubiera preferido otro estreno más discreto?
-No podía haber encontrado un debut mejor. El texto es estupendo y mi personaje, maravilloso. Lo que más disfruto es la relación con mis compañeros de trabajo. Es un ambiente tan familiar; Tina Sáinz, además, me ha arropado mucho. A ella le hizo mucha ilusión que yo hiciera esta obra con ella, porque me conoce desde hace mucho tiempo, y la complicidad que tengo con ella es extraordinaria. Es un poco como mi madrina de escena.
-No todo será de color de rosa...
-Lo paso muy mal todavía con las entrevistas. No estoy cómoda, son lo que menos me gusta. Entiendo que son parte de mi profesión, pero lo mío es salir al escenario e interpretar una obra de teatro. Ahora estoy un poco más tranquila, pero hubo un momento, en los días previos al estreno en Avilés, en que me sentía casi acosada. No me esperaba toda esa atención por parte de los medios. No me siento preparada, y supongo que volverá a repetirse, y más todavía, cuando vengamos a Madrid con la obra.
La presión
-Pero entenderá toda esa expectación...
-Sí, claro, pero prefiero no pensar en ello ni sentir una presión mayor que la que se siente al salir a un escenario. En la obra el mío es el cuarto papel en importancia; no es un personaje con una frase, pero no es la protagonista. De hecho, hay gente que después de ver la obra comenta que pensaba que mi papel era más largo.
-¿Se considera una mujer independiente?
- Depende de para qué. En el trabajo sí, soy muy independiente. Pero también necesito mucho sentir a mis amigos cerca de mí.
-¿Qué le cautivó más de su personaje?
-Su pureza, su fuerza interior... Es un personaje que empieza siendo una niña y termina siendo una mujer, que va cambiando a lo largo de la obra, y eso resulta muy atractivo.