Viaje a la infelicidad

Escribía San Juan de la Cruz que la soledad es lo más maravilloso, pero hay que atracarse de antidepresivos para sobrellevarla. Sócrates veía una relación directa entre virtud y felicidad, pero ni siquiera el abandono del vicio de fumar evita el hartarnos de ansiolíticos...

Como si se tratara de la lista de libros más leídos o de los discos más vendidos, los medicamentos contra los trastornos psíquicos ocupan el primer puesto entre los más consumidos por los gaditanos.

Hemos hecho un largo viaje desde el babuino al viñero a la búsqueda de la felicidad, pero la hemos encontrado pegada al prefijo in. Dicen que la genética y el medio están en el origen de todas las patologías. Bien que pudo habernos fundado Harmonía, pero nos fundó Hércules y ya venía estresado de tanto trabajo. La lotería de la genética nos dejó apedreado el psiquis. Y no digamos el medio (tampoco Eolo se enrolló). Los vientos secos provocan depresión, los húmedos ansiedad. O viceversa. Metidos ya en saturnales, como que no se va a notar mucho.

Punset declara que los factores externos, dinero, salud, trabajo, tienen un impacto insignificante en la felicidad: «La felicidad está en la sala de espera de la felicidad», lo habrán llamado, porque hasta la lista de espera desespera y termina produciéndonos más trastornos. Expectativas incumplidas, exigencias, competitividad, incomunicación, soledad... Y ahora toca subir la cuesta (desde que los fenicios trajeron la moneda gastamos como si fuera inagotable), sin calesas. Eso tampoco ayuda. Así estamos... Primer puesto. Y subiendo... Consuélese, no está solo: Un parado necesita apoyo psíquico. Un prejubilado también. El que trabaja para que cobren los otros dos, más todavía. Aunque si es fijo, se puede dar con un canto en los dientes (este hecho es importante, mientras está en el dentista deja la vez en el psiquiatra). El Arca de Cádiz se hartó de recibir llamadas en Navidad. El diluvio de «vuelve a casa vuelve» fue peor que el universal (no es lícito inyectar melancolía con premeditación y alevosía). Ya podían trasladar el miércoles de ceniza a agosto... Oiga, más grave ha sido cargarse el limbo. Además, con que nos dejen la Resurrección (con una vida va a ser difícil pagar la hipoteca...)

Alguien voló sobre el nido del estornino...