VÍCTIMA. El cuerpo sin vida de Gaspar García, de 64 años, quedó sobre el asiento de su coche. / EFE
ANDALUCÍA

Matan a tiros a un hombre que acababa de atropellar a una niña en Sevilla

El padre de la menor, que resultó herida leve, es el principal sospechoso de los disparos y se dio poco después a la fuga junto a otros cuatro familiares A la víctima, un vecino de Coria de 64 años, no le dio tiempo ni a salir del coche

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Al conductor no le dio tiempo siquiera de salir del vehículo para comprobar lo que había ocurrido. Los familiares de la niña a la que acababa de atropellar, de etnia gitana, se acercaron y como represalia le descerrajaron hasta 11 disparos en plena calle de una conocida barriada sevillana que acabaron con su vida. Mientras, la pequeña era trasladada a un hospital cercano donde permanece en observación con heridas leves.

Eran en torno a las dos de la tarde de ayer cuando Gaspar García, un hombre de 64 años y vecino de Coria del Río, circulaba por la calle Isaac Peral en el sevillano barrio de La Palmera. En ese momento, unos niños de etnia gitana -una pequeña de siete años y dos niños en torno a los ocho y los diez años- salían corriendo del albergue juvenil que la Junta tiene en esta calle y donde se encontraban almorzando junto con algunos familiares, al parecer todos procedentes del asentamiento chabolista del Vacie.

La niña, con otros pequeños, se decidió a cruzar la calzada a través de unos contenedores, en el momento en el que pasaba el coche. Algunos testigos dicen que fue atropellada, otros que fue ella la que chocó contra el vehículo. La escasa fuerza del impacto queda demostrada porque el coche no presentaba ni arañazos ni abolladuras.

Tres balazos directos

Al conocer lo sucedido, varios familiares de la pequeña se lanzaron rápidamente hacia ella y sobre el conductor. Según algunos testigos, uno de ellos, todo apunta a un familiar directo, el padre, se dirigió a una furgoneta y cogió de su interior una pistola, para inmediatamente lanzar su ira contra el conductor del vehículo, al que acribilló a balazos. Gaspar recibió más de tres balazos directos, varios de los cuales le alcanzaron la cabeza.

No obstante, la brigada de la Policía Científica de la Policía Nacional, varios de cuyos miembros se desplazaron al lugar nada más conocer los hechos, llegaron a localizar en el lugar pruebas de hasta 11 disparos de un arma de 6,35 milímetros, que tiene seis disparos y uno en la recámara. Ello hace pensar que bien el autor de los disparos tuvo la sangre fría de recargar la pistola o bien algunas de las otras personas que había allí también disparó. Habrá que espera al informe de balística.

El cuerpo inerte de Gaspar García quedó con el pie izquierdo apoyado en el suelo -lo que mostraría su intención de salir del vehículo para interesarse por la pequeña-, el derecho en el aire y el cuerpo tendido sobre su asiento.

La agresión se produjo en unos minutos y fue presenciada por dos personas que transitaban por el lugar, una de ellas el conductor de un coche al que el agresor o agresores llegaron a amenazar, y la otra un peatón. Además, al ocurrir los hechos en la puerta misma del albergue, la Policía podrá contar para sus investigaciones con las imágenes de la cámara de vigilancia con las que cuenta este recinto.

Tras los disparos, varios familiares de la niña cogieron las furgonetas que tenían allí aparcadas y se desplazaron rápidamente hacia el Hospital Virgen del Rocío. Allí a la pequeña le diagnosticaron algunas lesiones de poca importancia y le colocaron un collarín. Una vez que dejaron a la niña en el hospital, muchos de los que, de una forma u otra, se habían visto implicados en el suceso desaparecieron de la zona. Horas después la Policía conseguía localizar a algunos de los implicados -que prestaron declaración- aunque cuatro de ellos, entre los que se encontraría el padre de la niña -principal sospechoso- y un tío, se habrían dado a la fuga.