El primer premio sonríe a los vecinos de Las Torres de Cotilla

Las Torres de Cotillas, una localidad murciana de unos 16.000 habitantes, fue la agraciada con el primer premio del sorteo del Niño, que otorgaba dos millones de euros por décimo premiado. Eso supone 100 millones de euros, suma de las 50 series, que fueron repartidos íntegramente por la Administración Virgen de la Salceda de esta localidad. Casi todos los décimos del número 60.657 se vendieron -algunos se devolvieron a última hora- tanto en ventanilla como en papeletas de dos euros del Club CAM de Tenis de la urbanización Los Conejos.

La dueña de la administración, Fuensanta Aupí, abrió ayer las puertas de su establecimiento nada más acabar el sorteo y entre abrazos y descorches de botellas de cava explicaba como había conocido la noticia. «Estaba en mi casa con la tele, con mi hojita apuntando los números cuando he visto el 60.657 y he dicho: éste, el 57, lo he vendido yo, pensando en una terminación. Cuando he visto que era el número completo, he llamado a mi hija, que estaba durmiendo, gritándole : ¿He dado El Gordo!». Aupí recordó que en otra ocasión, con motivo de las fiestas de Las Torres de Cotillas, dio otro premio gordo pero muy inferior en cantidad al de ayer.

Muchos han sido los portadores del 60.657 que se acercaban hasta la administración número 1 de Las Torres de Cotillas para festejar su suerte. Tanto es así que la Policía Local tuvo que emplearse al máximo para evitar problemas circulatorios en el centro del municipio. Sin embargo, otros muchos no daban a conocer su nuevo estado de millonarios, aunque las sonrisas de sus caras dejaban entrever parte de su alegría que, de momento, querían disfrutar en privado.

Segundo premio

El segundo premio de El Niño, al número 27.029, dejó 49 millones de euros en la localidad alicantina de Alcoy. Tan sólo una serie viajó hasta Logroño, donde se repartió el millón de euros restante. Ante la puerta de la administración número 4 de Alcoy corrió ayer a raudales el cava valenciano. Sus propietarias no tardaron mucho en levantar el cierre metálico y sumarse a la fiesta con los parroquianos. «A mi no me ha tocado nada», explicaba emocionada la dueña de la administración, Purificación Santacreu, «pero la adrenalina que hemos repartido entre la gente no tiene precio».

En la administración número 6 de Logroño se llevaba jugando ese mismo número desde hacía 30 años.