Duro militar, audaz político
Ariel Sharon, poco propenso al compromiso, ha jalonado su carrera castrense y su trayectoria pública de acciones polémicas, incluso brutales en ocasiones
Actualizado: GuardarEn su larga carrera militar y política, Ariel Sharon se ha caracterizado por ser un hombre de ideas arraigadas y poco propenso al compromiso. Ha hecho siempre lo que ha querido, aun a riesgo de enfrentarse a sus superiores, lo que ocurrió a menudo. Como militar estuvo implicado en varios de los sucesos más cruentos para los pales- tinos, incluidas las matanzas de Sabra y Shatila, y como político no dudó en desobedecer a sus jefes para llevar a cabo sus designios.
La invasión de Líbano en los años ochenta es sólo un ejemplo de entre las numerosas acciones que consiguió ejecutar yendo por libre, y en este caso en contra de la opinión del entonces primer ministro, Menahem Beguin.
Un hecho muy significativo en la vida de Sharon es que nunca apoyó ningún plan de paz con los vecinos árabes de Israel: ni el de Egipto, ni el de Jordania, ni los acuerdos de Oslo con los palestinos. Por eso, pocos hebreos le creyeron cuando, en febrero de 2004, anunció la desconexión de la franja de Gaza, un proyecto que se consumó el verano pasado, la primera vez que Israel abandonó territorios ocupados en la guerra de 1967.
La inesperada noticia del pasado 18 de diciembre, cuando sufrió el primer infarto cerebral, también sorprendió a todos. Su médico personal, Boleslaw Goldman, declaró entonces que Sharon nunca había padecido enfermedades graves y que su único punto débil era el exceso de peso.
Sharon nació en 1928 -cuando Palestina estaba bajo el mandato británico- en el seno de una familia de inmigrantes germano-polacos y rusos. Tiene una hermana que reside en Estados Unidos con la que no se habla desde hace décadas a causa de una disputa familiar por la herencia de sus padres.
Heridas de combate
De adolescente, con sólo 14 años, se enroló en las filas de la Hagana, el ejército clandestino judío que combatió a los palestinos y a los británicos. También luchó como soldado en la guerra que condujo al establecimiento del Estado de Israel en 1948, sufriendo heridas graves en el combate.
En los años cincuenta participó e innumerables operaciones de castigo contra la población palestina de Cisjordania y Gaza y en el interior de los países árabes en su condición de comandante de la mítica Unidad 101. Su peculiar y brutal comportamiento le valió el sobrenombre de Bulldozer entre los israelíes y de carnicero de Beirut entre los árabes.
El incidente más notorio de este período ocurrió en 1953, en Qibiya, donde la Unidad 101 dinamitó medio centenar de casas y una escuela sin permitir salir a los palestinos que vivían allí, causando la muerte a 69 personas incluidas mujeres y niños. En otro incidente célebre en 1955 en la franja de Gaza, el mismo grupo militar acabó con la vida de 38 soldados egipcios.
En 1967 ascendió a general y mandó una división que participó en la guerra de los Seis Días en la que Israel conquistó la franja de Gaza y Cisjordania, incluido el sector árabe de Jerusalén. En este conflicto Sharon combatió en la península del Sinaí.
Entró en la Kneset por primera vez de la mano del Likud en 1973, pero poco después dejó el Parlamento para trabajar como asesor especial en materias de seguridad del primer ministro laborista Isaac Rabin. Como ministro de Defensa, en 1982 llevó al Ejército hasta Beirut. La presencia de Israel en la capital de Líbano se prolongó hasta 2000, cuando el primer ministro laborista Ehud Barak decidió poner fin a una aventura que causó gran consternación entre los israelíes, más por la víctimas que tuvieron que soportar que por los muertos y la destrucción que causaron sus soldados.
Un tribunal israelí halló a Sharon responsable de la desastrosa invasión del País de Cedro y le obligó a dejar el departamento de Defensa. Sharon siempre ha sostenido, en contra de numerosos testimonios, que en su momento informó a Beguin de la invasión.
Como ministro de la Vivienda, a partir de 1990 impulsó la construcción de casas para colonos judíos en los territorios ocupados hasta alcanzar un nivel sin precedentes. Además, cada vez que el secretario de Estado norteamericano James Baker visitaba Israel, Sharon inauguraba un nuevo asentamiento.
En 2000 derrotó a Benjamin Netanyahu en las primarias del Likud. Las relaciones entre ellos habían sido hasta entonces cordiales y Netanyahu siempre había hablado de Sharon en los términos más elogiosos posibles.
Crisis en el Likud
Su controvertida visita a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, en septiembre de 2000, provocó el estallido de la segunda Intifada y Sharon resultó a la postre el primer beneficiado de la revuelta. En las elecciones del 6 de febrero de 2001 venció con suma facilidad a los laboristas y prometió alcanzar paz y seguridad, y aunque no consiguió ninguno de los dos objetivos, en 2003 fue reelegido con una abrumadora victoria.
La retirada israelí de la franja de Gaza conllevó una crisis aguda en el seno del Likud y, en noviembre último, Sharon abandonó el partido para fundar Kadima. Hasta ahora todas las encuestas pronosticaban una clara victoria del nuevo partido en las elecciones que deben celebrarse el 28 de marzo. Los sondeos que se publicaron ayer también hablan de una victoria clara de Kadima, aunque los acontecimientos de las últimas horas pueden repercutir a medio plazo en los votantes.