Sociedad

Crías de 'tamagotchi'

Los juguetes electrónicos interactivos se convierten en el objetivo de los niños para los regalos navideños

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Cada año, los Reyes Magos y sus séquitos encuentran más problemas para cruzar los controles de seguridad de los aeropuertos. Y es que las alforjas de los dromedarios van, este año, cargadas de chips, circuitos integrados, placas de silicio, pantallas TFT y cables que hacen saltar las alarmas de todos los arcos de seguridad. De nada sirven los permisos diplomáticos, las coronas, el incienso o la mirra. Los niños españoles muestran cada vez un interés mayor por los juguetes y dispositivos de última tecnología. Es la consecuencia que se desprende del estudio publicado recientemente por la compañía juguetera Toys R' Us.

El primer puesto de la lista de los Reyes Magos lo ocupan las consolas de última generación: Xbox de Microsoft, PSP de Sony y Nintendo DS. Esta última ha batido todos los récords de ventas gracias a un entretenimiento llamado Nintendogs. El juego, que simula la experiencia de tener un perro como mascota, ha conseguido que más de cinco millones de japoneses se hagan con una de estas consolas de doble pantalla. En España, los cachorros virtuales están casi agotados y Nintendo España se apresura a reponer las existencias para satisfacer la enorme demanda.

Pioneros

Nintendo España ha puesto a la venta en los tres últimos meses más de 260.000 unidades de las diferentes versiones y packs de Nintendogs. En Europa, el juego ha vendido un millón de ejemplares, de los que 250.000 se agotaron la primera semana. Nintendogs es una versión extraordinariamente compleja de aquellos tamagotchi que hicieron estragos hace una década. La Playstation Portable de Sony y Xbox de Microsoft también se sitúan entre los regalos más deseados, aunque sus ventas no son tan altas debido a sus precios más elevados. Ambos aparatos se sitúan en la línea de los 250 euros y, según el estudio de Toys 'R Us, las familias españolas dedicarán una media de 180 euros a la adquisición de juguetes. Cada niño se lleva una cifra que oscila entre los 30 y los 90 euros.

Un poco más baratos que las consolas, aunque por menos de 60 euros no se encuentran los muñecos interactivos, los perritos inteligentes de Nintendo tienen su equivalente en los peluches y robots de plástico de última generación. Los antiguos ositos de trapo han sido sustituidos por muñecos inteligentes que interactúan con el niño gracias a microordenadores, sensores de tacto, vista y sistemas de reconocimiento de voz.

El pionero de esta moda fue Furby, una especie de gremlin peludo que se hizo muy popular hace años. Este peculiar juguete ha pasado por el quirófano para hacerse un lifting más acorde con los tiempos. El resultado es una bola de pelo más expresiva que mueve más partes del cuerpo, como los ojos, las orejas, la boca o la barriga, aprende frases y cuenta chistes a su propietario.

Muchas dudas

La interactividad es un elemento altamente valorado por niños y educadores, incluso en extremos tan complejos como los de Robosapiens. Este androide-juguete fue diseñado por Mark Tilden, ex-ingeniero de la NASA y padre de la robótica B.E.A.M, tecnología que permite que los robots reaccionen y aprendan de su entorno de manera autónoma. Robosapien se convirtió en uno de los fenómenos en las Navidades de 2004. Este año, sale a la venta la versión 2 de este androide, dotada de mayor capacidad de aprendizaje, robustez y agilidad.

La compañía fabricante, WowWee, es la responsable de otros modelos como el Roboraptor o Robopet, similar al costoso Aibo de Sony. La interacción y el comportamiento inteligente en los juguetes es visto a veces como algo antinatural por los más mayores, pero no es necesariamente negativo. Los juguetes interactivos fomentan el aprendizaje y la sociabilidad y siempre es preferible regalar un robot a comprar un ser vivo para después abandonarlo a su suerte cuando el niño se harte de él pasada la fiebre navideña.