Montiel de Arnáiz

Rufián

Es cuestión de tiempo que Rufián insulte a alguien, que una broma le salga mal, que su extraordinario cinismo le haga patinar

Cuenta la leyenda que San Jorge mató al dragón y nos regaló infinidad de libros y rosas por siempre jamás. Esto es, que el amigo Jordi hizo madre coraje a la Khalesi del Ampurdán, cual Vin Diésel de extrarradio. El problema es saber aquí quién es el santo, quién el reptil y, por supuesto, quién es del Ampurdán. Desde luego, Gabriel Rufián no.

Flaco favor hace a la causa de ERC este gracioso de ventorrillo que incendia las redes con sus ataques y respuestas y que bien podría ser, por tanto, el dragón. Cae bien, eso sí, a aquéllos que con él comparten enemigos: o sea, a los votantes de Podemos (y la extinta IU). Pero Rufián no va al Congreso a hacer amistades sino a combatir a un enemigo superior a él, tanto en sabiduría como en poder; sin embargo, este español residente en Cataluña no puede ser Sant Jordi porque ni decesa al bicho ni le planta cara con gallardía; ítem más: el otro día huyó del parlamento en un falso movimiento de indignación.

¿Qué nos queda? ¿Será acaso la Khalesi? Ni siquiera es del Ampurdán. Tengo escrito que de haber nacido en tiempos de Kubala, Puskas y Franco, Rufián hubiera sido franquista. Lo imagino perfectamente con camisa negra apretada, tocando puertas de madrugada y en misa de doce los domingos: Gabriel, de profesión: sus delaciones.

Es curioso el ascenso a la fama de este tipo de personajes de corte rufianesco (para mí, frikis y mediocres), gente que ha visto la oportunidad y se ha lanzado en plancha a rematar el córner con todo, al grito de que más puñalás da el hambre y que fuera del coche oficial hace frío y llueve. Bueno, quizás no sea tan llamativo. Al fin y al cabo son españoles , y un español siempre lleva la vizcaína a la espalda, se llame Amadís de Gaula, Alférez Centellas o Capitán Alatriste, es decir, sea paciente Guardia Civil, Mosso en Flandes o diputado flojeras.

Es cuestión de tiempo que Rufián insulte a alguien, que una broma le salga mal, que su extraordinario cinismo le haga patinar. No le fío largo al Poveda Fake, aunque bien es cierto que hay gente que sabe nadar y guardar la bandera. Ya veremos quién es él al final.

Rufián

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación