Del Toro y Blunt cruzan la frontera de la guerra contra el narcotráfico

El actor puertorriqueño vuelve en «Sicario», junto a Emily Blunt, al cine de las drogas

Del Toro y Blunt cruzan la frontera de la guerra contra el narcotráfico efe

p. pazos

El torrente verbal y su dominio del castellano llevan a Benicio del Toro a, sin pretenderlo, dejar en un segundo plano a su coprotagonista en «Sicario», Emily Blunt, mientras van cambiando de mesa para hablar con la prensa de la película que ambos presentaron ayer en San Sebastián junto a su director, Dennis Villeneuve. En largas parrafadas, Del Toro encadena reflexiones, saltando de la pena de muerte a «Los Otros», de Luis Buñuel, y de ahí a las cintas de gángsteres durante la era de la Prohibición o Hamlet.

Lo primero que hace es defender que el filme, acerca de un grupo de agentes de la ley que, desde posturas radicalmente opuestas, se enfrentan al narcotráfico, proponga un vehículo de entretenimiento apoyándose en una cuestión que ha causado tanta muerte y sufrimiento. « Primero, es una película, no un documental», defiende. Sobre su rol, como el misterioso y ambiguo Alejandro, subraya que «como actor, puedo hacer personajes con los que no estoy de acuerdo»,

También incide en que la cinta está narrada desde el punto de vista de Estados Unidos ante «una guerra que lleva 30 años y no ha cambiado nada». «Están hasta aquí de la guerra y su acto es un acto de desesperación», describe las motivaciones de su personaje y el de Josh Brolin. «Vamos a romper todas las reglas, vamos a casi invadir un país. Para poder ganar un juego que lleva en empate desde hace 30 años». El intérprete puertorriqueño, que regresa a un terreno que ya pisó, y con gran éxito, en «Traffic», redondea sus explicaciones apuntando lo siguiente sobre su personaje, al que solo mueve la venganza:«Viene con una motivación que muchos latinoamericanos pueden entender y pueden aplaudir». Cuando cierra su primer soliloquio, de cinco minutos, Emily Blunt aplaude con gran sentido del humor.

Actos desesperados

Del Toro no rehúye pregunta alguna y no mira el reloj, mientras Blunt escucha a la traductora. «Tengo amistades que creen que la pena de muerte es necesaria. Y son normales. Estoy en desacuerdo completo con que un gobierno haga lo que le dé la gana cuando le dé la gana, aunque esté perdiendo la cabeza. Por eso se llama la guerra de las drogas», reflexiona.

«El acto de Estados Unidos de meterle dos bombas a Japón (en la Segunda Guerra Mundial) fue un acto de desesperación », se atreve con una comparación arriesgada. «Venía de cinco años de pelea constante en estas islitas, Japón no se rendía. Estoy en desacuerdo. Pero entiendo qué condujo a Estados Unidos a tirar la bomba».

A Blunt le da tiempo de valorar el auge de los personajes femeninos en cintas de acción, como «Lucy» o la última entrega de «Mad Max»: «El sistema de estudios busca el negocio , y como necesitan una prueba de que esto funciona, ha sido evidente en los últimos años. Tengo sentimientos encontrados. Preferiría hablar de producir más oportunidades para mujeres que alegrarme por las que ya trabajan».

Del Toro aún deja una última reflexión sobre la lucha contra el narcotráfico: «No tiene una sola solución, es un montón de cosas que se tienen que trabajar juntas. De muchos países, de trabajar en conjunto, unidos».

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