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Vuelve «Orange is the new black» con las presas que transgredieron los tabúes
Netflix estrena la tercera temporada de la serie de reclusas que rompió barreras con su naturalidad. Un soplo de aire fresco para el género narrativo y sexual
Vuelve por fin la ficción carcelaria sobre mujeres por antonomasia. La segunda serie más innovadora en el «ámbito carcelesco» después de «Oz», como asegura Jorge Carrión, autor de «Teleshakespeare» (Errata Naturae). Esa dramedia que rompió barreras burlándose de los tabúes , tratándolos con naturalidad. Un soplo de aire fresco, una serie con la que no sabes si reír o llorar.
Esta noche Netflix estrena la tercera temporada de « Orange is the new black » al completo. Una de las producciones que han innovado no solo en el género, rompiendo las barreras de lo que comúnmente se entiende por drama y comedia, sino también con la forma de ver televisión. Un «streaming» que pone al servicio del espectador los 13 capítulos desde el momento de su estreno, permitiéndoles disfrutar de jornadas maratonianas . Y con la ficción de Jenji Kohan, vuelven a Litchfield y a la pequeña pantalla sus protagonistas, las reclusas que han puesto de moda el color naranja.
Piper Chapman ( Taylor Schilling ), la típica inocente que, de una vez por todas, deberá hacer frente a sus malas decisiones, no es una protagonista al uso, porque esta serie tampoco lo es . Con un elenco de secundarias de lujo, el personaje principal no ha sido creado para abarcar y dominar la totalidad de la trama, sino como conductor, para a través de su vida en prisión, presentar a las demás reas, más importantes si cabe que la rubia protagonista. «Crazy Eyes», «Red» o Alex Vause ( Laura Prepon )... Los personajes más carismáticos encerrados en una cárcel de mujeres en las que, esta vez sí, los hombres (los oficiales del correccional), no se justificarían sin su presencia .
«Orange is the new black» es también el adalid de la igualdad. Kohan aisla a las presas de su contexto social , las aleja de su vida y del espacio que antes de estar entre rejas ocupaban fuera de la prisión. Y al hacerlo deja patente un núcleo de inseguridad en el que da igual la raza o la identidad sexual de cada personaje, porque todas ellas son iguales dentro de Litchfield.
Para Jorge Carrión, lo interesante de esta serie es «su uso de la tragicomedia, ese constante no saber si reír o si llorar, y que el erotismo homosexual se sitúe tan cerca del soft porn ». El experto en comunicación audiovisual valora también la buena recepción que esta ficción ha tenido por parte de crítica y público, porque eso significa que «estamos maduros, como espectadores, para asumir apuestas arriesgadas. Que ya no existen géneros, narrativos ni sexuales, que todo tiene su nicho, su audiencia ».
Nuevas caras entre rejas
Todo eso es mérito de «Orange is the new black», la ficción que rompe estándares y que hoy vuelve a conquistar la pequeña pantalla. La tercera temporada, según su creadora Jenji Kohan, será más «liviana» que la anterior, y explorará la maternidad, con la latina Dayanara embarazada e inmersa en su romance con el policía Bennet. Emociones fuertes con viejas conocidas, pero también con nuevas, porque esta temporada llega cargada de reclusas novatas. Se incorpora la actriz Ruby Rose, que según uno de las avances lanzados por Netflix podría entrometerse en la relación de amor/odio entre Piper y Alex . ¿Un triángulo amoroso a la vista? Mary Steenburgen también se suma al naranja, e interpretará a la madre del bigote más repelente de la ficción , el oficial del correccional Méndez, más conocido como «Pornstache». La prisión de Litchfield contará también con otra nueva presa, Lori Petty.
¿Preparados los reincidentes para cumplir una nueva condena con esta tercera temporada?