Ryan Gosling: «Trato de describir el sueño americano»
El carismático actor canadiense debuta tras la cámara con «Lost River», un relato onírico
El delirium tremens de Ryan Gosling se titula « Lost River », una película que apuesta por sacudir la fe que el espectador ha puesto en la buena voluntad del director. Gosling se estrena como realizador con un retrato personal del sueño americano, la visión de la crisis financiera de este canadiense educado y criado en los Estados Unidos. Que Ryan Gosling tiene madera de director es inequívoco, y «Lost River», con el tiempo, se entenderá como un ejercicio decente de su legado . Protagonizada por Christina Hendricks , Saoirse Ronan y la pareja de Gosling, Eva Mendes , la cinta es puro cine negro onírico ideado por un actor deseando dar rienda suelta a su creatividad. En el hotel «SLS» de Los Ángeles hablamos con Gosling de las razones por las que decidió estrenarse como director
–¿Es «Lost River» un retrato de sus propias pesadillas?
–No de forma literal. Entro en el surrealismo onírico porque todos entendemos el tono de los sueños. Los actores utilizamos los sueños para conectar con el material que interpretamos. Es un atajo emocional que nos permite crear, un estilo de interpretación como cualquier otro.
–¿Creció con el sueño americano a su alcance, aun siendo de Canadá?
–Mi familia era de clase media baja. Mi padre trabajaba en una fábrica de papel y mi madre era ama de casa con trabajos temporales. Cuando se divorciaron las cosas fueron a peor. Yo era un niño y me preocupaba por mi hermana mayor, que era guapísima, porque no quería que nada le sucediera. Ya sabes que los hombres se comportan como lobos. Sentía a mi alrededor una atmósfera de amenaza constante, rodeado de depredadores intentando caer sobre nosotros. Ese mundo disparó mi imaginación de una forma que ahora resulta muy efectiva. Para mí, la película es un sentimiento que trata de representar y describir el sueño americano.
–¿Qué significa para usted ese sueño?
–Tener una casa, un coche, una familia, un trabajo, cierta seguridad, acceso a una infraestructura, un lugar que te protege y donde puedes cuidar de tu familia. En el vecindario que represento en mi película todo eso ha desaparecido y sus habitantes esperan que regrese.
–Parece que vive dicho sueño.
–Sin duda. Me gustaba hacer películas cuando era niño y mis VHS me hacían compañía. Vivir ahora en Los Ángeles y dirigir mi propio filme definitivamente es cumplir mi sueño.
–¿Se inspiró en algún club fetichista para dar estructura a su pieza cinematográfica?
–El club en el filme es real y me he inspiré en el Grand Guignol, que formó parte de la escena de París en 1900. Un lugar realmente macabro donde la gente se entretenía con la muerte, solían recrear escenas de asesinatos y fue el nacimiento del slasher cinema. En estos lugares no había una infraestructura y el público era bastante rarito porque daban rienda suelta a extrañas fantasías sin que les detuvieran. Si ese espectáculo lo situamos dentro de un cuento creamos un lugar diferente donde se capitalizan sus intenciones.
–¿La paternidad le ha cambiado?
–Claro. Estoy seguro de que tendrá un impacto en todo lo que hago, no puede ser de otra manera.
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