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Mazda CX-5 2017: Más seguridad, más tecnología

La marca japonesa presenta una renovada versión de su exitoso todocamino, lanzado en 2012

Barcelona Actualizado: Guardar
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Desde su lanzamiento en 2012, el CX-5 se ha convertido en un puntal para Mazda. Sobre todo en España, donde representa el 40% de sus ventas, cuando en el conjunto mundial ronda el 25%. Sobre esta base, y tal y como el pasado martes apuntaba en Barcelona el presidente y consejero delegado de la marca japonesa en España, Chema Terol, el objetivo para este año con el lanzamiento de la renovada versión de su exitoso SUV es superar las 6.607 unidades vendidas el pasado ejercicio y llegar a las 7.850.

Tres motores

Si de las anteriores versiones se han vendido más de 1,5 millones de unidades en 120 países de todo el mundo, los de Hiroshima confían en un nuevo impulso con la renovada versión de su superventas, que llega al mercado en su versión más accesible a un precio de 24.100 (financiado y aprovechando el precio de lanzamiento).

La paleta de propulsores del nuevo Mazda CX-5 se compone de tres motores: el turbodiésel 2.2 l. Skyactiv-D y las unidades de gasolina de inyección directa 2.0 l. Skyactiv-G y 2.5 l. Skyactiv-G1+. Los tres cumplen la norma de emisiones Euro 6, y se combinan con versiones revisadas de la transmisión manual Skyactiv-MT y la automática Skyactiv Drive, con tracción delantera o con el sistema de tracción total i-ACTIV de última generación de Mazda.

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Con respecto a la seguridad, el nuevo CX-5 incorpora, por ejemplo, una cámara de visión delantera que trabaja conjuntamente con el radar que ya montaba la generación anterior. Esta cámara ha ampliado de forma notable las posibilidades de la tecnología y el concepto de seguridad activa.

En cuanto al exterior, y tal y como explica la marca, el hilo conductor del desarrollo ha sido el concepto de «robustez refinada», con el que Mazda profundiza en la filosofía de diseño Kodo, «alma en movimiento». Sobresale la evolución del diseño de la sección delantera, más tridimensional y con faros LED.

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Mazda ha hecho un especial esfuerzo para minimizar la rumorosidad en el habitáculo, en concreto, reduciendo el ruido de rodadura de baja frecuencia y el ruido de alta frecuencia aerodinámico y de los neumáticos. Como consecuencia, el interior del CX-5 es lo bastante silencioso como para que todos los ocupantes puedan mantener una conversación sin forzar la voz.

Otra de las novedades es la incorporación de un portón trasero eléctrico de altura regulable, con mandos de apertura y cierre en el propio portón y el en panel del conductor. En el interior, y sin que se hayan modificado las dimensiones del habitáculo, el CX-5 incorpora una pantalla central de siete pulgadas, con proyección en la luna delantera en la versión más equipada. Las prestaciones, en resumen, de un todocamino «premium» a un precio competitivo.

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