Fiebre comercial por el «vintage»

Tiendas y restaurantes del centro recuperan la estética del pasado para ganar clientela

Fiebre comercial por el «vintage» belén díaz

marisol navarro

El Rastro madrileño siempre ha sido el mercado «vintage» por excelencia, pero desde hace algo más un lustro la moda de segunda mano, con ese regusto de lo antiguo, se ha ido extendiendo por toda la ciudad, en restaurantes, bares, ferias y mercadillos. La capital sigue la estela de ciudades como Nueva York, París y Londres, convirtiendo locales de restauración en auténticos refugios del pasado, con cuidados detalles que abarcan desde la decoración interior hasta la tipografía de las cartas.

Cualquier elemento, por pequeño que sea, es capaz de transportar al cliente al pasado, a esas épocas doradas de los años 50, 60, 70 o 80. Añadir ahora la palabra «vintage» a la denominación de cualquier establecimiento parece dar puntos extra. El barrio de Malasaña es un templo para los amantes de esta estética. La tienda El Templo de Susu (en el número 1 de la calle de Espíritu Santo), con una venerable moto de época aparcada en la puerta, es un buen punto de partida para recorrer el núcleo comercial que se ha especializado en este estilo, con cinco calles de obligada visita para los compradores de moda: Espíritu Santo, Velarde, El Pez, Palma y Marqués de Santa Ana.

Los establecimientos de ropa y complementos de segunda mano están a cada paso por Malasaña, donde se esconden auténticos tesoros: Biba Vintage (Velarde, 1); La Mona Checa , (Velarde, 2); Magpie (Velarde, 3), El tocador Vintage (Apodaca, 8); o Alphaville y The Storage , ambas en la calle de Velarde).

Cuando se hace un alto en las compras, nada mejor que tomar un café en Mama Framboise (Fernando VI, 23), una de las pastelerías-cafeterías más célebres y coquetas de Madrid y una de las primeras en implantar el estilo «vintage» en su decoración. Mérito suyo fue también la instalación de las primeras mesas corridas, para compartir, de la capital. Pero hoy, las cafeterías con ese encanto antiguo, con teteras o lámparas eclécticas, se extienden por toda la ciudad. De Lolina Vintage Café (Espíritu Santo, 9), al Café Manuela, (San Vicente Ferrer, 29).

Almuerzo y cena

En esta lista no pueden faltar el templo de los hipsters en Malasaña, Bicicleta Café (Plaza de San Ildefonso, 9) y The Passenger (Pez, 16), cuya decoración recrea un viejo tren.

Pero este culto a lo antiguo se puede saborear en otras partes de Madrid, sobre todo a la hora del almuerzo o la cena. En Alonso Martínez, el restaurante Dray Martina (Argensola, 7), un local decorado por Madrid in Love, mezcla un cierto aire moderno con lo más antiguo del salón de la casa de la abuela. En la Castellana está Vintage 56, uno de los mejores restaurantes con coctelería de la capital, en un ambiente que mezcla diferentes estilos en decoración, pero donde prima la estética de los años 60 y 70. Y en el paseo de La Habana, 105, recrea un rinconcito de Nueva York, mezclando la elegancia parisina, el aire retro de Londres y un ligero toque mediterráneo.

Comprar esos modelos que lucían nuestros abuelos y comer en locales que te transportan al pasado es cada vez más fácil en Madrid.

Fiebre comercial por el «vintage»

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