Lucía Figar dejará la política por motivos personales tras las elecciones del 24-M
La consejera de Educación comunica a Rajoy y González su decisión de pasar al sector privado a finales de esta legislatura
Casi veinte años después, Lucía Figar deja la política. La consejera de Educación agotará la legislatura en el Gobierno de Ignacio González pero a mediados del mes de junio dará carpetazo a casi una vida entera dedicada a la escena pública. La decisión ya la tenía tomada desde hace mucho tiempo: estos iban a ser sus últimos cuatro años al frente de un cargo político. Y según ha podido saber ABC, en las últimas semanas ya lo ha comunicado al presidente de la Comunidad de Madrid y al propio Mariano Rajoy.
La intención de Figar es trabajar en la empresa privada una vez agotado el mandato de Ignacio González. ¿Dónde? No lo sabe todavía. Si puede, intentará encontrar un trabajo que le permita tener más tiempo libre para sus tres hijas. La decisión de la consejera obedece más a cuestiones personales que políticas. Sin embargo, ya ha dejado caer en el partido que piensa participar en la campaña electoral y que pueden seguir contando con ella hasta el día de las elecciones. De hecho, en las últimas semanas ha mantenido varias reuniones con Cristina Cifuentes para preparar el programa de Educación de la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
La «elegida» de Rajoy
Con la marcha de Lucía Figar de la política se apagan las voces de aquellos que siempre la han visto como el relevo perfecto de Esperanza Aguirre en la capital. No eran pocos los que apostaban por ella como candidata a las elecciones de mayo, y los que la señalaban como la «elegida» por Mariano Rajoy para dirigir el PP de Madrid a corto plazo. Su carrera ha sido —casi— meteórica.
Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por CUNEF, comenzó a dar sus primeros pasos en la política afiliándose a Nuevas Generaciones. Desde ahí, una vez finalizada su carrera universitaria, saltó al gabinete de la Presidencia del Gobierno de José María Aznar en 1998. Cuatro años después fue nombrada alto cargo por primera vez como secretaria general de Asuntos Sociales en el Ministerio de Trabajo. Fue allí donde impulsó una nueva Ley de Familias Numerosas y el Plan Nacional de Accesibilidad para las personas con discapacidad.
Su salto a la Comunidad de Madrid se produjo en 2005, tras un breve paso como responsable de la asesoría del grupo popular en el Congreso. Esperanza Aguirre la fichó para su Ejecutivo, primero como consejera de Inmigración y Cooperación y, posteriormente (en 2007), como consejera de Educación, cargo que ha ocupado durante los últimos ocho años, y donde ha convivido con cinco ministros del PSOE y PP.
Casi 100.000 empleados
En esta área ha gestionado un presupuesto de 4.500 millones anuales y cerca de 100.000 empleados públicos. Durante estos años, bajo el mandato de Aguirre, transformó por completo la educación madrileña con la implantación del bilingüismo (inglés–español) en la mitad de los colegios públicos de Madrid (354) y en un tercio de los institutos. El programa fue avalado por la universidad de Cambridge para el que contrata anualmente cerca de 2.000 profesores nativos.
Además, también aprobó el decreto de libre elección de centro escolar y convirtió a la Comunidad en una «zona única educativa», eliminando cerca de 1.000 zonas escolares que impedían a las familias elegir el colegio de su preferencia. Durante estos años puso en marcha 80 nuevos colegios concertados.
Al frente de la Consejería, también impulsó la Ley de Autoridad del Profesor (copiada luego por otras 6 comunidades autónomas), que refuerza a los docentes para poder lograr un clima de trabajo y disciplina en las aulas. También creó los bachilleratos de excelencia para los mejores alumnos.
Figar abandonará Educación con Madrid a la cabeza del Informe PISA. También ha logrado reducir el fracaso escolar del 29% al 18% en la Comunidad.