curiosidades de madrid

La confitería de la Castellana que salvó a 30.000 judíos en la II Guerra Mundial

El local, fundado en 1931, tuvo una doble función en la época: exclusivo punto de encuentro de aristócratas y diplomáticos y refugio secreto para huidos de la Gestapo y las SS alemanas

La confitería de la Castellana que salvó a 30.000 judíos en la II Guerra Mundial embassy

ignacio s. calleja

El depresivo y enjuto Madrid de los primeros 40 fue también un Madrid de confidencias e intrigas, de espías con monóculo y actividades clandestinas. Bajo su privilegiada situación geográfica, asidero para los intereses de nazis y aliados, se esconde esta historia de diplomacia alternativa; doble cara del exclusivo «Embassy», una confitería que, situada en el número 12 de la Castellana, reunió a aristócratas, embajadores y agentes de inteligencia en torno a té, pastas y vigilancia mutua.

La distinguida y exclusiva apostura británica del local, fundado en 1931, coloreó el plomizo paisaje de la ciudad. Fue la obsesión de Margarita Kearney Taylor, propietaria del mismo, que desde el inicio trató de convertir a la zona en una aproximación de los elegantes barrios londinenses, como Mayfair o Belgravia. Después, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se afanó en dar refugio y salida a quienes huían de la Gestapo y las SS alemanas.

La confitería, convertida también en restaurante, recibió el nombre de «Embassy» por su proximidad con varias embajadas -según explican Marco y Peter Besas en su libro Madrid Oculto 2 (Ediciones La Librería. 2010)-, especialmente con la británica y la alemana, ubicada ésta última a unos pasos, junto a la genial iglesia de «Friedenskirche» . Los intereses de ambas confluían en el exclusivo local, testigo de una calma tensa y superficial.

Acoso nazi

El despliegue nazi, dirigido por Paul Winzer, jefe de la Gestapo, y Hans Lazar, jefe de propaganda en España, aumentó el control y presión en la zona con la connivencia y pasividad de Francisco Franco. Alemania, en ese sentido, llegó incluso a plantearse una invasión para satisfacer sus pretensiones estratégicas en el conflicto. Ante tal situación, Kearney Taylor, junto al embajador británico Sir Samuel Hoare, convirtió su local en un refugio para paliar la persecución sufrida por todo aquel que fuera contrario a los intereses nazis.

El sótano de «Embassy», donde se hallaba un horno para la elaboración de los pasteles de la confitería, cobijó a miles de indocumentados que recibían atención, comida y algo de dinero. Se calcula que la embajada británica gastó más de 1.000 libras al día para acometer tal empresa, que eventualmente fue interrumpida por varios cierres del local. El ánimo de Margarita, irlandesa de elegante pero firme apariencia, no se arredró.

Respecto a los judíos, «Embassy» se constituyó como su salvación y oportunidad de huida. Franco nunca emprendió una política de persecución contra ellos, pero cualquiera que entrara ilegalmente en España estaba sujeto a arresto y deportación. Cerca de 30.000 personas fueron evacuadas en ese sentido ante el acoso constante de la embajada alemana.

El establecimiento, todavía en pie, aún cuenta con su aire exclusivo y selecto. Esta historia, como otras 99, se incluyen en el libro «Historias Auténticas by Viña Pomal», que narra anécdotas históricas de los restaurantes más emblemáticos de Madrid.

La confitería de la Castellana que salvó a 30.000 judíos en la II Guerra Mundial

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación