los «herederos de cabeza de cerdo»
Cae la banda de proxenetas que intentó poner una bomba al capo del grupo rival en Parla
Los seis detenidos pertenecen a la red de extorsionadores más peligrosa de España
La guerra por el control de la prostitución en Madrid entre la banda de proxenetas y extorsionadores más peligrosa de España, liderada por Dorel Inocentiu, con un grupo que se desgajó de la trama controlada de forma férrea y cruel por él, también conocido como «señor del polígono», estuvo a punto de acabar en un crimen. La tentativa iba dirigida contra Marian Tudorache Becu, capo de la otra banda que actuaban en Marconi (Villaverde). Todos ellos son de nacionalidad rumana.
Ese intento fallido ha propiciado la detención de los seis responsables de la red criminal considerada la más peligrosa de nuestro país por la Policía Nacional liderada por el «señor del polígono», lugarteniente de Ioan Clamparu, alias «cabeza de cerdo», considerado el mayor traficante de mujeres de Europa, condenado a 30 años de cárcel en 2012.
A los arrestados se le imputa un intento de homicidio con un artefacto explosivo que tuvo lugar en Parla el pasado 7 de noviembre. El objetivo no era otro que Becu debido a que miembros de la banda del «señor del polígono» se habían pasado a la suya. El artefacto estaba compuesto por un detonador que iba adosado a un coche teledirigido al que se le retiró la carcasa. Varios delincuentes se situaron a 20 metros de del domicilio de la víctima y con un telemando, iban a activarlo cuando Becu se introdujera en su coche. En caso de que fallara, en otro vehículo se encontraba Dorel, armado, dispuesto a acabar con su vida.
Sin embargo, el plan se truncó y el explosivo estalló a la persona portadora de la bomba. Sufrió la amputación de la pierna derecha y de varios dedos de la mano.
Guerra sin cuartel
Las investigaciones destaparon la guerra sin cuartel desatada entre las dos bandas y sus capos por mantener la hegemonía, no solo de la explotación de mujeres o de sus chulos, a quienes exigían una cuota semanal, sino de otras actividades delictivas como extorsiones a otros delincuentes que se dedicaban a robar en domicilios a los que «cobraban» una cantidad de dinero por «actuar en lo que consideraban su territorio».
Dorel, el ideólogo del plan criminal, una vez que comprobó que la Policía le pisaba los talones huyó a México, en donde falleció a finales de año por una sobredosis.
Con los seis arrestos se ha descabezado a las dos bandas de mafiosos entre los que se encontraban los implicados en la fabricación y colocación del artefacto explosivo. Se les imputa la tentativa de homicidio, lesiones y tráfico ilícito de vehículos entre otros delitos.
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