Salón de Loterías Enrique «Vilches» de Cebreros: De Belén Esteban a la Duquesa de Alba y este año... «de homenaje a Lina Morgan»

Cada 21 de diciembre este octogenario abulense coge el último autobús a Madrid para pasar la noche en la cola y asistir al Sorteo de Navidad con disfraces que no pasan desapercibidos

Enrique Vilches, disfrazado de Belén Esteban en el Sorteo de Navidad
Enrique Vilches, disfrazado de Belén Esteban en el Sorteo de Navidad - JOSE ALFONSO

Enfundado en un vestido rojo de lentejuelas y con larga peluca rubia, Enrique «Vilches» de Cebreros no dejó a nadie indiferente en el Sorteo de Navidad de 2010. «Soy Belén Esteban y vengo buscando la fortuna», rezaba un cartel que colgaba de su cuello, por si había alguna duda. Al año siguiente, la elegida fue la Duquesa de Alba, a la que dijo querer representar así «con gran admiración». Días antes del Sorteo de 2015, este personaje ya clásico del día de Lotería de Navidad tiene todo preparado para su particular «momentazo». «Me disfrazaré de "homenaje a Lina Morgan"», revela a ABC.

«Vilches», como se le conoce en Cebreros por ser el mote de su padre aunque su nombre real es Enrique Alonso Muñoz, cogerá a las 22,00 horas el último autobús desde esta localidad abulense con destino a Madrid para pasar la noche haciendo cola en la entrada al Salón de Loterías, que en los últimos años se instala en el Teatro Real. «Allí nos juntamos todos los años 6 ó 7 amigos que también se disfrazan y que vienen desde Barcelona, Alicante, Málaga, Burgos... nos llevamos merienda, vino y aguardiente para quitar el frío y pasamos la noche entre bromas», relata este fontanero de 82 años que lleva 16 años sin perderse este Sorteo.

Su «bautismo»

«Soy muy carnavalero y me gusta hacer juergas», explica este habitual del Salón de Loterías, que se inició en estas lides de forma casual. Vilches cuenta que se trasladó a Madrid para comprar en la Plaza Mayor unas figuras que le faltaban para el belén y tuvo curiosidad por conocer cómo era el Sorteo de Navidad en directo. Mientras aguardaba en la cola, alguien le preguntó si llevaba algo para llamar la atención. «"Llevo unas figuras de belén", le contesté y me dijo: "pues desátate los cordones de los zapatos"», relata. El siguiente paso fue atar los cordones a las figuras y colgárselas del cuello. Así debutó en el Salón de Loterías, cuando el Sorteo de Navidad se celebraba en la sede de la calle Guzmán el Bueno. «Me gustaba más que en el Teatro Real, era más acogedor», comenta.

Después llegaron otros disfraces, como el de payaso en homenaje a Miliki en 2012 o el de labrador del año siguiente, con azadón y calabaza con un cartel que rezaba: «Por la crisis sigo trabajando en el campo a los 80 años». «He sido fontanero, después albañil... y ahora tengo una finca. Esta mañana he estado currando en el campo», señala.

Vilches recuerda con más cariño el sorteo de hace diez años en el que se vistió de novia y salió así engalanado de una furgoneta ante la cola. Se siente orgulloso de disfrazarse «el mejor de todos» y de ser «el más simpático y el que más aguanta» entre sus amigos, aunque «mi mujer se pone por las nubes». «Está con morro hasta que pasan los carnavales», añade. También sus tres hijos «me quitan las ideas, pero ¿por qué voy a dejar de hacerlo si a mí me gusta?», se pregunta.

Sin suerte

El año pasado se convirtió en un niño travieso, con su ya clásico cartel en el que esta vez decía: «Soy Enrique Vilches, ya me conocéis, vengo buscando el Gordo, pero siempre me quedo en el camino».

«Nunca me ha tocado nada que valga la pena», afirma, aunque no pierde la esperanza. Para el Sorteo de 2015 lleva diez décimos. ¿Qué haría si le tocara? «¡Si me toca la lotería me divorcio!», bromea. En realidad, «si fuera muy gordo» se llevaría a su mujer de viaje. «Solo he estado en Gandía (...) no he montado ni en avión todavía», se lamenta recordando un viaje que planearon a Barcelona y que tuvieron que cancelar porque uno de los hijos enfermó.

Con su «homenaje a Lina Morgan» este incondicional del Sorteo aguantará en el Salón de Loterías hasta que salga el Gordo porque «estar toda la noche sin dormir resulta agotador». Ese mismo día volverá a Cebreros... hasta el próximo año. «Claro que volveré. Mientras me vaya bien la pelota no pienso faltar», promete.

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