Sacristán se desvincula de los contratos adjudicados a su «amigo» promotor

Alega que no participó en las mesas de contratación que concedió las obras, pero no aclara qué criterio se siguió para invitarlo a los concursos públicos

Sacristán se desvincula de los contratos adjudicados a su «amigo» promotor miguel muñiz

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Visiblemente nervioso aunque guardando las formas, el líder provincial de los socialistas coruñeses y alcalde de Culleredo se desentendió de las concesiones realizadas desde su municipio por valor de 450.000 euros al constructor Antonio Peñaranda , a quien ayer reconoció nuevamente haber avalado por valor de 1,3 millones de euros por tratarse de «un amigo». Julio Sacristán dijo no tener nada que ver ni con las adjudicaciones de obra pública del Concello a su amigo ni con el hecho de que su empresa fuera invitada a los procedimientos negociados frente a otras con mayor antigüedad o solvencia en el sector dentro de la comarca. «Yo no decidí nada —replicó parcamente—. En aquella época había mucha obra». Y rechazó cualquier anomalía porque «las obras fueron auditadas y no se encontraron anomalías». Es decir, que se realizaron.

Según informó ABC, Obras y Servicios Proa SL, propiedad de Antonio Peñaranda — beneficiario del aval de 1,3 millones de euros a través de otra sociedad, la promotora Portadego 2002 SL —, recibió entre 2009 y 2010 diversas adjudicaciones de obra pública por valor de 450.000 euros, principalmente a través de procedimientos negociados sin publicidad. En esta modalidad, el Ayuntamiento invita a varias empresas de manera discrecional y posteriormente realiza la selección aplicando unos criterios teóricamente objetivos.

Las escasas explicaciones de Sacristán al pleno del Concello de Culleredo estuvieron en sintonía con las que dio el pasado miércoles en rueda de prensa: no posee más patrimonio que el declarado en el registro de bienes municipal, carece de cuentas fuera de España, no avaló un préstamo sino que aportó una garantía adicional a una hipoteca constituida sobre los 1,3 millones de euros y que todo fue legal porque así lo consultó previamente.

Sin embargo, el regidor cullerdense se obstinó en circunscribir el aval a un favor privado realizado «a una familia amiga». El portavoz del PP de Culleredo, Antonio Cañás, lo corrigió: «Usted no avala a una familia, avala a un negocio, a una empresa con intereses urbanísticos en Culleredo». La edil del BNG, Rocío Sampedro, lo secundó: «Privadas son sus opiniones sobre vinos, no estas actuaciones».

A juicio de Cañás, «huele mal» que apenas unos meses después de constituirse en 2008, Obras y Servicios Proa SL recibiera contratos del ayuntamiento. «¿Qué experiencia tenía esta empresa para ser invitada a procedimientos negociados sin publicidad? —inquirió el concejal popular—. No podía tener certificados de ejecución de obra pública para participar en concursos». «Esto será legal, pero nos ofrece muchas dudas», apostilló.

Además, citó manifestaciones de Sacristán en las que anteponía la amistad para dar el aval a su «amigo» Peñaranda a cualquier otra variable y reprochó que «por encima de todo deben estar la legalidad y los intereses de los vecinos de Culleredo».

Amenazas veladas

Cañás retó al alcalde a denunciar a los medios de comunicación por divulgar las noticias sobre el aval a la promotora Portadego 2002 SL si se incurría en alguna inexactitud. «Si alguien dice de mí lo que dicen de usted, voy al juzgado —afirmó el portavoz popular—. No genere suspicacias».

Sacristán, que no cuestionó las informaciones de ABC, dijo someterse «a una investigación de Hacienda, del juez o de quien sea». «Daremos los documentos que nos soliciten», proclamó. El PP y el BNG ya han solicitado formalmente la relación de facturas pagadas a las empresas de Antonio Peñaranda desde el Concello y, según el reglamento municipal, deberá serles entregada en el plazo de siete días.

El alcalde, por último, lanzó una amenaza velada a los ediles de la oposición. «Jamás utilizaré el conocimiento de cosas personales de los concejales para el debate político, y las sé; no es mi forma de ser». Por la tarde, en su cuenta de Twitter, Sacristán sacó pecho por su «transparencia».

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