Puesta de largo del Eje Atlántico del AVE

La promoción inaugural llena de turistas los primeros AVE que dejan Vigo y La Coruña a tan sólo 80 minutos de distancia

Puesta de largo del Eje Atlántico del AVE somoza

e. p. rodriguez-somoza

El Eje Atlántico del AVE echaba ayer a rodar y lo hacía lleno hasta la bandera. Ayudaba que fuera sábado y la aplicación de un 50% sobre la tarifa. Renfe vendió ayer un total de 4.000 plazas. Los más madrugadores salían en los primeros convoyes de las 6.45 y 8.50 de la mañana desde Vigo, mochila en mano y con ganas de hacer turismo. Con todo, si hubo combinación estrella esta fue la de las 11.15 con salida desde la estación olívica de Urzaiz y regreso desde La Coruña a las 18.00 horas, que ya el jueves colgaba el cartel de completo.

Este fue el trayecto elegido además de por la ministra de Fomento, Ana Pastor —en viaje particular—, por Carmen y Jorge Remón. Este último es un apasionado de los trenes, «tiene en casa una maqueta —cuenta su hermana— que llama la atención». «Ya no merece la pena coger el coche», aseguran casi al unísono. «Fíjate ya estamos en Santiago y casi ni nos hemos enterado», señala Carmen. Ambos viven en Vigo. Él es gerente en una gasolinera y sabe bien lo que cuesta en coche un viaje de ida y vuelta a La Coruña, «unos 60-70 euros», dice, contando con los peajes. El de este sábado les ha costado 14,50 euros aprovechando la promoción.

El importe que se abonará a partir de hoy por el mismo trayecto, entre Vigo y La Coruña, es de 29 euros ida y vuelta. Renfe no ha variado su política de precios que asegura se mantendrán. Así, el coste del billete entre la ciudad herculina y Santiago es de 11,8 euros, entre la capital gallega y Vigo de 17,8, y entre esta última y Pontevedra de 2,8 euros.

Con la puesta en marcha de la nueva línea AVE transversal gallega —se mantienen en la segunda estación (Guixar-Vigo) los servicios de proximidad, se aumenta en un 40% la oferta de plazas, al pasar de 185 a 282 asientos diarios. En todo caso, Renfe ya comunicó que no descarta adaptar las frecuencias y horarios a las necesidades y demandas de los usuarios.

Y de la expectación generada ante la salida de los primeros AVE que dejan a Vigo y La Coruña a tan sólo 80 minutos distancia —47 de mejora respecto al actual—, daban fe los muchos curiosos que durante toda esta semana han desfilado por la nueva estación viguesa (la única gallega adaptada íntegramente para acoger la línea de la Alta Velocidad).

Por delante 155,6 kilómetros hasta la urbe herculina, aunque sin tiempo casi para relajarse, comentario generalizado entre los pasajeros del Avant Serie 121, que recordaban las 2 horas y 15 minutos que hasta este sábado separaban ambas ciudades en ferrocarril; los 33 minutos de distancia en tiempo entre Vigo y Pontevedra, frente a los 14 actuales; los 30 a Villagarcía de Arousa que antes eran 51; o los 82 minutos de ahorro que supone ahora el viaje a Santiago.

De paseo por La Coruña

José Manuel Tobio, estibador jubilado, viaja en otro de los 282 asientos ocupados de este mismo tren junto a su mujer y su hija. «Estoy disfrutando mucho del viaje», asegura a ABC, y se atreve incluso a hacer una propuesta a Renfe, la de mantener la tarifa promocional también el próximo sábado «para la cantidad de gente que se ha quedado sin viajar hoy». Es un defensor del tren, lo prefiere al avión o al autobús, «es mucho más seguro», apunta. «No entiendo por qué los viajes del Imserso no se hacen en tren, es una maravilla», dice. Eso sí, considera que la estación intermodal, ya licitada en Vigo, debería haberse construido al mismo tiempo que la nueva de Urzaiz. Llama así la atención sobre el hecho de que la ciudad olívica sea la única de España en tener dos estaciones —Guixar y Urzaiz, separadas por una distancia considerable—.

Dos vagones antes, en dirección a la marcha, viajan Marta Loureiro y Oscar López con su hijo pequeño, ellos van a Villagarcía de Arosa, a donde llegarán en 30 minutos. Van a pasar el día, comerán en alguno de los restaurantes de la localidad pontevedresa y regresarán a media tarde. Enfrente viajan Emilio González y su hijo de siete años, Paulo Wyn González Evans. «Iremos hasta La Coruña a visitar algún museo y ver cómo está la ciudad», señala el padre, aunque pronto es el pequeño el que toma la palabra. «Fue mi abuelo el que se acercó hasta la estación a comprar los billetes por la mañana. ¡Es una pasada!», comenta. «Es la primera vez que viaja en AVE y está emocionado», dice su padre para disculpar la simpática verborrea del menor.

Ana María Prendes e Isabel viajan tres vagones hacía atrás. Cuñadas, cuentan que van a pasar el día a la ciudad herculina, aunque lamentan que esté lloviendo. «Al principio íbamos a viajar cinco amigos, pero a algunos le salió un viaje a Menorca y anularon en el último momento, Ana y yo seguimos adelante. Nos apetecía mucho este plan», señalan. En edad de estar jubiladas, han comprado el billete online.

Pilar Bargiela lleva años de vuelta en Vigo, pero antes vivía en Barcelona. Confiesa que nunca ha cogido un AVE, pero considera que «Galicia es la gran olvidada de la Alta Velocidad». «Llevamos muchos años esperando y aún nos queda para ver la conexión con la meseta, no hay derecho», señala en su crítica a las comunicaciones gallegas. Ella es administrativa en un centro sanitario de Vigo y va a La Coruña por placer. «Había que aprovechar el precio que tienen hoy los billetes y además tengo la oportunidad de visitar una ciudad que es bellísima», añade.

Javier, Sergio e Iván son tres universitarios de Vigo que han pasado la noche del viernes en Santiago. Otro amigo que les llevó en coche hasta la capital gallega se queda en la ciudad y han aprovechado el precio del nuevo AVE, y que en apenas 50 minutos estarán en casa, para estrenar el tren.

Es ya el viaje de vuelta a Vigo desde La Coruña, el de las 13.00 horas, y en el también viaja Ismael Fernández, un universitario que se dirige a Pontevedra para pasar un fin de semana con su familia y amigos. En su misma situación está David Martínez que vive y trabaja en Santiago. «Cuando voy a Vigo a ver a la familia suelo ir en coche, pero ya no compensa».

El Eje Atlántico cumple así una deuda histórica con Galicia, autonomía que espera para 2018 su conexión con la meseta. Es la primera conexión inaugurada de los 1.000 kilómetros de ferrocarril que Fomento prevé poner en marcha este mismo año .

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