Gerardo Crespo se queda sin foto con Beatriz Mato en su querella por honor

La estrategia de Gerardo Crespo de retratarse junto a la conselleira de Traballo e Benestar pinchó este jueves en hueso. El empresario imputado por supuesto fraude de subvenciones en la «trama Zeta» había denunciado a Beatriz Mato por una presunta vulneración de su honor tras unas declaraciones suyas, y previo al proceso penal correspondía un acto de conciliación. La conselleira dejó sin foto a Crespo al mandar a su abogado con un escrito en el que se ratificaba en sus manifestaciones y reiteraba que no vulneró el honor del empresario al aseverar en el Parlamento que sus empresas «habían engañado a todos» los gobiernos autonómicos.

La acción penal de Gerardo Crespo carecería de toda base, ya que su acta de conciliación está basada en declaraciones de Beatriz Mato en la Cámara autonómica. Según el artículo 11.3 del Estatuto de Autonomía, «los miembros del Parlamento de Galicia serán inviolables por los votos y opiniones que emitan en el ejercicio de su cargo». Mato goza de esta consideración al ser integrante del gobierno gallego.

La defensa de la conselleira explicitó a través de un escrito que las demandas de Crespo «no reúnen requisitos de tipo penal alguno de los tipificados como delitos contra el honor», ya que las declaraciones que fundamentarían la querella se ciñen a «informaciones sobre las actuaciones desarrolladas por la Administración autonómica en lo referente a los mecanismos de control sobre aquellas actividades formativas que gozan de subvención pública».

Crespo, que por dos veces se ha negado a declarar ante el juez instructor de la «operación Zeta», sí se explayó con los periodistas que lo esperaban fuera del juzgado. Además de negar una vez más la falsedad de las acusaciones que contra él y sus empresas ha construido la investigación judicial —que presuntamente recibía fondos para la formación que no se traducían en cursos para desempleados sino en lucro personal— cargó contra el presidente de la Xunta por su supuesta relación con el empresario Pachi Lucas, el denominado «conseguidor» de la trama. «Hace su trabajo, lo hace bien y con las bendiciones del presidente», y se refirió a Lucas como «protegido» de Mariano Rajoy. Pruebas, ninguna.

En el plano judicial, las cosas no parecen irle tan bien. En la ronda de declaraciones que se está produciendo estos días, un exempleado suyo admitió ante el juez que Azetanet, la empresa eje de la «operación Zeta», que se concedía una devolución de las subvenciones que se recibían a entidades a cambio de que contratasen los cursos y que ofrecían «un porcentaje más elevado» que otras empresas.