Punto y final a una caída histórica de 15 años de accidentes mortales en Galicia
Galicia cerró 2014 y empezó 2015 con un incremento de víctimas mortales en carretera. La conciencia del riesgo y la pedagogía, asignaturas pendientes
Cuanto más baja el listón, más difícil resulta registrar un nuevo récord. Ocurre en los 100 metros lisos, en los 200 mariposa o en cualquier otra modalidad deportiva basada en superar un tiempo, una altura o una longitud cada vez más ajustado, más elevada o más lejana. En las carreteras sucede algo similar. Durante los últimos quince años, el número de fallecidos en accidentes de tráfico en la Comunidad gallega se redujo de forma paulatina. Las 380 víctimas mortales registradas en el año 2000 se convirtieron en 98 en 2013. Aunque constante, la caída se empezó a notar de forma apreciable a partir de 2007, año que terminó con 254 muertos en carretera, mientras en 2008 se conseguía bajar, por primera vez, del umbral de los 200. Todo un hito.
El número no dejó de descender, pero en los últimos años se empezó a entrever la dificultad: lograr un nuevo récord comenzaba a ser una odisea. Así fue. Tras la plusmarca de 2013 —era la primera vez que Galicia bajaba de 100 fallecidos en siniestros de tráfico—, 2014 terminó con un repunte, el primero en estos quince años. En total, 110 personas (al principio se contabilizaron 112, pero el dato fue recientemente corregido) perdían la vida en las carreteras gallegas, casi la mitad en las coruñesas.
Y este enero no empezó mejor: nueve víctimas mortales frente a las cuatro registradas durante el mismo mes de 2014. Pese a tratarse de un período tradicionalmente conflictivo en las vías debido al mal tiempo, este nuevo pico o ha levantado las alarmas en Tráfico y en las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico. Ambas coinciden en apelar a la conciencia del propio con ductor, pero difieren en sus argumentos. A los segundos no les vale el razonamiento de «cuantos más coches en circulación, más accidentes», pues consideran que el cálculo se debería hacer por «millones de kilómetros recorridos», asegura a ABC la presidenta de Stop Accidentes en Galicia, Jeanne Picard. «Yo puedo tener dos coches, pero uno casi no utilizarlo», ejemplifica.
Aunque los siniestros mortales no siguen un patrón determinado ni atienden a una única causa, la Comunidad sí tiene una serie de características intrínsecas que complican la circulación. A mayores de las dificultades climatológicas incide también el tipo y estado de la carretera —según Tráfico, el año pasado el 93% de los accidentes con víctimas se produjeron en vías convencionales— y, sobre todo, la propia conducción. «El conductor tiene que saber que en una carretera en mal estado tiene que reducir su velocidad», sostiene Picard. La visión es compartida desde la DGT. A veces, ante situaciones meteorológicas adversas «se conduce de la misma manera e incluso a la misma velocidad», censura a este diario la jefa provincial de Tráfico de La Coruña, María Victoria Gómez Dobarro.
Pese a la multiplicidad de las causas, la «velocidad inadecuada para el estado de la vía y el exceso de velocidad» suelen imponerse sobre las demás, explica. «Es cierto que es necesario mejorar y mantener las carreteras, pero los partes de accidente nos muestran constantemente imprudencias muy graves, despistes, faltas de atención, cansancio o incumplimiento de normas», añade.
Nuevas campañas
Ahí entra en juego la pedagogía, las campañas de concienciación y prevención. Sin ir más lejos, la próxima semana se pondrá en marcha una —dentro de las 11 en total que se desarrollarán este 2015— de «vigilancia específica de camiones y furgonetas», avanza Gómez Dobarro. También se hará especial hincapié en la prevención de atropellos. La Guardia Civil repartirá chalecos reflectantes a los caminantes en carretera que no lo utilicen, a sabiendas de que, en determinadas situaciones, «el peatón que no lo lleve puede ser denunciado y sancionado, ya que es una obligación en condiciones meteorológicas adversas», alerta.
Otra de las asignaturas pendientes sigue siendo la conducción bajo los efectos del alcohol, donde no se encuentra una «tendencia de mejora». De hecho, sólo los fines de semana, La Coruña y Pontevedra pueden sumar hasta 100 alcoholemias positivas, reconoce la jefa provincial de Tráfico. Precisamente, desde Stop Accidentes reclaman un aumento de estos controles, al tiempo que se dirigen directamente al conductor: una excesiva «confianza» suele provocar el efecto contrario. «La mayor parte de los accidentes ocurren en el recorrido diario», remarca Picard. Sólo fomentando una «conciencia del riesgo, solidaridad y convivencia en la carretera» se volverá a bajar el listón.
Noticias relacionadas