manifestación «queremos GAlego»
El nacionalismo se agrupa en defensa de la lengua gallega
Miles de personas llenan las calles de Santiago para reivindicar una mayor protección del idioma propio de Galicia
La plataforma «Queremos Galego» ha vuelto a convocar a miles de personas en la defensa del gallego. Aunque la convocatoria, al menos formalmente, trata de alejarse de los partidos políticas, lo cierto es que el nacionalismo y la izquierda «rupturista» ha conseguido volver a monopilizar una marcha que ha partido de la céntrica Alameda compostelana.
Los lemas de la convocatoria han vuelto a ser recurrentes y la participación mantiene la constancia de las últimas citas. Todos los líderes reconocidos y presentes hicieron una defensa de la necesidad de defender e introducier medidas de discriminación a favor del idioma gallego. Tampoco han escatimado críticas hacia el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo. Tanto el portavoz del BNG, Xavier Vence, como el portavoz de Anova, Martiño Noriega, han atribuido a la Xunta una responsabilidad «directa en la situación de desigualdad que vive el idioma».
La manifestación ha permitido ver a todo el espectro nacionalista por las calles de Santiago. Sin embargo la concurrencia conjunta no se ha transfomado en una unidad de acción. Las banderas y signos de unos y otros se sucedían pero no se mezclaban. Los militantes del BNG llevaban banderas independentistas, los militantes de Anova lucían en la frente estrellas de cinco puntas y los constitucionalistas portaban la bandera de Galicia, sin adornos añadidos, y carteles con la leyenda «Queremos Galego».
Entre tanta proclama reiterada de «A mocidade galega en pé» o «Galiza nación», también figuraban peticiones vestidas de sensatez como la del exministro socialista, Francisco Caamaño, quién señaló que «somos muchos los gallegos no nacionalistas quequeremos sentir nuestra identidad sin exclusiónde nadie pero también sin ningún demérito para nosotros».
La marcha en la defensa de la lengua finalizó en la Plaza de la Quintana. Ante una nutrida concurrencia, muy animada por la música de las gaitas, culparon a la Xunta de «impedir vivir el gallego con normalidad». El himno de Galicia ha puesto fin a la concentración de los «defensores del idioma».
