sociedad
«Ser sindicalista ahora no está bien visto»
Las organizaciones de menor tamaño admiten la desafección ciudadana y consideran que parte de la culpa es de UGT y CC.OO.

A escasos días de que se celebre un nuevo Primero de mayo en defensa de los derechos de lo trabajadores, los sindicatos no viven su mejor momento. Así al menos lo reconocen varias de las organizaciones con peso en Castilla y León, que consideran a las mayoritarias UGT (Unión General de Trabajadores) y Comisiones Obreras (CC.OO) como «parte» del «problema de credibilidad» que padece el «gremio» en los últimos tiempos y que les lleva a afirmar que «en estos momentos ser un sindicalista no está bien visto». Los argumentos para poner en cuestión a las dos fuerzas principales -con mucha diferencia- son de lo más variopintos y van desde la corrupción que les «toca de lleno» hasta la acusación de ser «cómplices» del mal funcionamiento del sistema al «pactar» con las distintas administraciones aspectos que «luego no se cumplen y que, a veces, perjudican aún más a los trabajadores». Por estos y otros motivos, los «pequeños» prevén una escasa respuesta en las manifestaciones que se celebrarán el próximo viernes. Mientras, desde CC.OO. niegan la mayor, aseguran que mantienen las «amplias» diferencias con el resto de formaciones tanto en afiliados como en los resultados de las elecciones sindicales y prevén «una masiva» respuesta en las calles el día 1.
Para la Unión Sindical Obrera (USO) no será así. Según su secretario regional, Antonio Nicolás, el sindicalismo actual en España y en Castilla y León «vive en el pasado» y las organizaciones mayoritarias «no han estado a la altura de las circunstancias». Ante esta situación, reclama cambios en unas leyes que «protegen» a UGT y Comisiones Obreras «más incluso que al bipartidismo en la política». Si se produjeran esas modificaciones «se podría abrir la puerta a un nuevo sindicalismo que fuera el reflejo de los trabajadores». Muy crítico con las subvenciones «garantizadas» para las dos «grandes», las acusa de no haber buscado «soluciones para la clase que representan y ante la elevada tasa de paro existente». Nicolás mantiene que la «desafección ciudadana» con los sindicatos es «evidente».
En una línea similar se expresa el secretario regional de la Confederación Regional de Trabajadores, Guillermo Martín, al recordar que los principales sindicatos han estado «en las negociaciones con los diferentes gobiernos» e implicados «en elementos de corruptela» y la sociedad «no lo olvida». De ahí «surge en parte la falta de credibilidad del sindicalismo». «Han estado en mesas, se han hecho fotos, y qué se ha logrado...», se pregunta Martín, al tiempo que asegura que su sindicado ha «denunciado» estas prácticas de «autobombo y autopropaganda que a nosotros nos parece que han quedado en nada». Ante la cita del 1 de Mayo, el responsable de la CGT no ve una ambiente de movilización ni planteamientos de cambios porque «se han delegado las reivindicaciones» a otros colectivos «y ahora es difícil recuperar a los trabajadores».
Mientras, desde la Unión Sindical de Castilla y León, Javier Salamanca también apunta a la «corrupción» de las grandes centrales sindicales como clave del «desánimo y la apatía» que se dan en la actualidad. Para el secretario de Organización de Uscal son UGT y Comisiones Obreras «las que no han impedido el recorte de los derechos de los trabajadores» y de esta manera «se ha puesto en solfa a los sindicatos» hasta el punto de que «ahora mismo decir que eres sindicalista está muy mal visto». Para justificar su afirmación, considera que las grandes organizaciones «han entrado en el juego de las subvenciones y forman parte del sistema cuando lo que tenían que haber hecho es un papel de representación de sus afiliados». En su opinión, ambas centrales «piensan más en prebendas, en pactos que les remuneran y en corruptelas que en la defensa de los que sufren la crisis».
Respaldo permanente
Frente a tanta crítica, CC.OO. se defiende. Su secretario de Organización y de Comunicación, Luis Fernández Gamazo, señala en primer lugar que los dos últimos «primeros de mayo» han sido «los dos mejores de la historia» y augura que el de la próxima semana «contará también con mucha gente». Además, como «demostración» de la salud de su sindicato, Gamazo tira de «elementos objetivables» como son las elecciones sindicales en las que Comisiones y UGT obtienen entre el 75 y el 80 por ciento de los respaldos «año tras año» y «manteniendo las diferencias» con las «múltiples» organizaciones que se presentan. Eso sí, reconoce que el «cierre de empresas por la crisis» ha hecho que disminuya «el número de delegados de todas los sindicatos», al igual que el de afiliados. Así, sostiene que en los últimos meses «ha empezado a remontar» después de perder más de 5.000 «socios» en los años más duros «por una rotación negativa en la que se daba de baja más gente de la que se afiliaba».
Para Gamazo, «siempre ha habido cierto interés» en que haya «una imagen negativa de los sindicatos por la posición que ocupamos y nuestra capacidad de movilización», al tiempo que recalca que Castilla y León y España «no se pueden entender sin Comisiones Obreras». Aunque admite que los sindicatos no pasan por su mejor momento, defiende su importancia y justifica en parte las críticas en el hecho de que «cuando la gente se frustra dirige sus quejas a lo que tiene al lado y ahí también estamos nosotros». Consciente de que todas las organizaciones «se han resentido» en este contexto de crisis, también admite que los casos de corrupción («muy puntuales», dice, en CC.OO.) «afectan» a la imagen, pero, por otro lado, defiende con «orgullo» los pactos alcanzados con la Junta «porque los peores acuerdos son los que no se firman».