El Valladolid se bloquea en Anduva

Pocas ideas, fútbol espeso y muy pocas jugadas de gol. Eso es lo que se vivió en el partido que disputaron Mirandés y Real Valladolid en Anduva. Un duelo en el que ni unos ni otros fueron capaces de mover el marcador (0-0) y en el que ambos equipos se mostraron incapaces de superar a su adversario. Y es que aunque se podía pensar que Anduva sería un campo propicio para que los pucelanos reafirmaran su liderato , la intensidad de los burgaleses y su perfecta ejecución del entramado defensivo dispuesto por Carlos Terrazas hizo que, finalmente, dieran por bueno el punto.

Porque los blanquivioleta, desde el inicio del choque, ya se dieron cuenta que iban a tener un complicado examen ante los burgaleses. Quizá hubiera cambiado el guión si el colegiado del partido, Sureda Cuenca, hubiera percibido penalti en un claro agarrón sobre Jeffren -delantero centro titular- dentro del área cuando se disponía a rematar un centro de Mojica. O si las continuas faltas realizadas por los locales se hubieran parado a tiempo por el trencilla. Pero como no sucedió, el partido, en su primera mitad, discurrió por el camino que buscaban los burgaleses: poco ritmo, muchas interrupciones y desgaste del rival.

Es más, incluso pudieron hacerlo todavía más cuesta arriba si en dos remates de cabeza en jugadas de estrategia no se hubieran encontrado con las intervenciones de Javi Varas que impidieron que se adelantaran en el marcador y al descanso se llegara con el resultado inicial.

Tras el tiempo de asueto, el entrenador del Valladolid, «Rubi», sacó del campo a Samuel y dio entrada a Guille Andrés. Una permuta que cambió bastante el rumbo del partido y permitió que sus jugadores, sobre todo por la gran actuación de Mojica por la banda izquierda, crearan algo más de peligro.

Así, Guille Andrés tuvo un par de ocasiones en las que a punto estuvo de lograr el 0-1. Dos oportunidades a las que se sumó un gran lanzamiento de Timor, que detuvo Razak con muchos problemas, y un par de llegadas de Omar Ramos que generaron cierto temor en la zaga local. Pero no fue suficiente para que perdieran los nervios ni para que cejaran en su labor defensiva, ahogando casi de continuo los intentos del centro del campo visitante a la hora de crear juego. Una circunstancia que hizo que los minutos fueran pasando y que finalmente las dos escuadras dieran por bueno el empate inicial.