El comunista Moral Santín

Sus paisanos de Villafranca del Bierzo llevan tiempo sin verlo pasear por las calles de su infancia, de su juventud y de su exitosa madurez cuando, a lomos de su flamante automóvil, llegaba como «madrileño» (que es el nombre que por esas tierras se da a quienes se fueron lejos a hacer fortuna). Su padre, de apellido Moral, y su madre, de apellido Santín, fallecidos recientemente, fue siempre un matrimonio querido y respetado por los vecinos de esta localidad leonesa; vecinos que ahora proclaman la honradez de un matrimonio a cuyo hijo pusieron por nombre José Antonio; o sea, José Antonio Moral Santín. Ese hijo hace tiempo que no regresa por su Villafranca natal pese a que allí ha levantado un chalé de «nuevo rico» para intentar competir con el castillo que hace décadas compró y restauró uno de los mayores músicos y compositores de Europa, el gran Cristóbal Halffter. Pero todavía hay clases para el gusto y la estética, y no digamos de la ética, pues lo que Moral Santín construyó ante el castillo es un insulto al paisaje que lo rodea, un «casoplón» presidido por la barbacoa y la piscina olímpica.

José Antonio Moral Santín ahora se pasea por el barrio residencial de Madrid en el que vive. Lo han pillado con las manos metidas en las tarjetas de Caja Madrid, ésas de «barra gratis» y «a vivir, que paga la Caja». El leonés de Villafranca del Bierzo se ha «pulido» en menos de diez años más de 450.000 euros en pagos de capricho, pues para los correspondientes a su cargo de consejero tenía la «oficial», sueldo aparte. Y, para más inri, dice en la TV que está «absolutamente convencido de la legalidad del uso de la tarjeta». Y lo dice quien tiene el título de catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense. Cierto que en el escándalo de las Cajas de Ahorros están «pringados» todos los partidos políticos. Todos. ¡Uf, aquellas peleas y extraños consensos en León por repartirse el pastel de Caja España entre partidos, partiditos y sindicatos!

Hace más de dos años, aquí en esta columna quedó escrito: «Esos abuelos, con pensiones vergonzantes, esos hijos con el empleo y la hipoteca en el aire, y esos nietos cuyo futuro está en el viento, observan con perplejidad, por no decir indignación, que un político fiel al comunismo se haya metido en el bolsillo el pasado año 526.000 euros. Pues bien, este camarada de tan desorbitada nómina es un leonés de Villafranca del Bierzo (…) antaño dirigente del Partido Comunista de los Pueblos de España, escisión prosoviética del PCE, que ya es escisión, (…) y hoy, el vocal político que más dinero percibe en gratificaciones de todas las cajas españolas» .

Y ahora, la tarjeta «gratis total» de 456.000 euros…Y Moral Santín (los apellidos no hacen al monje), con el puño en alto y cantando «La Internacional».