cultura

El rastro del crimen

La Policía Nacional invita en una muestra a un viaje por la investigación de los más atroces asesinatos de la historia

El rastro del crimen ical

m. gajate

Un pelo, una huella, una pisada. Cada rastro dejado atrás por un criminal sirve de gancho para seguir sus pasos. Hoy en día, las más avanzadas tecnologías permiten analizar estos descuidos de «los malos», pero hace no mucho los teléfonos no delataban posiciones, ni las técnicas permitían asignar un nombre y apellidos a las pruebas. El ingenio en la investigación era el arma de los encargados de dar con los más buscados mientras la técnica iba introduciendo una ayuda. Un recorrido a través de esos avances y sus resultados es la propuesta que la Policía Nacional, en la festividad de Los Ángeles Custodios, quiere mostrar al público en Valladolid con la exposición «Tres siglos en la escena del crimen», radicada en la Oficina Municipal de Turismo.

Vayamos por partes. Jack el Destripador es uno de los encargados de explicar la primera de ellas: un viaje por algunos de los grandes crímenes de la historia. En este bloque, paneles y maquetas de escenarios de asesinatos tratan de recordar los más sonados y atroces, entre los que no podrían faltar la sangre que el mítico asesino en serie derramó en el Londres victoriano del siglo XIX. Para ilustrarlo, imágenes de las víctimas y una reconstrucción a pequeña escala del distrito de Whitechapel de la época.

El atentado de las torres gemelas o el considerado como el primer gran asesinato mediático, el del Expreso de Andalucía -que en 1924 conmocionó al país cuando mataron a los encargados del coche de correos para hacerse con el botín-, son algunos otros de los sucesos recogidos en este paseo del crimen, en el que el visitante podrá retrotraerse también a otros sucesos , como el crimen del Rol, fruto de un macabro juego de buscar a alguien de determinadas características para matarle.

Desde Jack el Destripador a las Torres Gemelas la técnica no es que haya cambiado es que ha dado un completo vuelco. Por ello, en este otro bloque, la exposición permite dar también el salto en el tiempo en este sentido y ver el material con el que trabajaban un siglo atrás para descubrir a los asesinos.

Dactiloscopia, grafología antropometría, balística, trazas instrumentales... Todo ha evolucionado. Si ahora un ordenador puede envejecer a una persona veinte años o plasmar cómo sería su cara si intentara cambiar de imagen, antes, sólo había plantillas que permitían sumar complementos. Otras técnicas, como las fotos de perfil y de frente, se mantienen. Antiguas órdenes de búsqueda, objetos, armas... Desde nuevas técnicas de obtención de pruebas u otras más antiguas como el estudio del iris, los variopintos objetos utilizados en los últimos siglos para dar con los responsables de magnicidios, asesinos en serie o el «capo» de la mafia se pueden encontrar en la muestra.

El rastro del crimen

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