Diez restaurantes para disfrutar la primavera en Alicante
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Diez restaurantes para disfrutar la primavera en Alicante

El buen tiempo llega a la provincia junto a las ganas de terraza y los buenos sabores para acompañar

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El buen tiempo llega a la provincia junto a las ganas de terraza y los buenos sabores para acompañar

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  1. Plaza Canalla

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    Por muchos motivos el restaurante Plaza Canalla tiene un encanto especial. Ponerse cómodo en su terraza y dejarse seducir por su gastronomía y su entorno. El sonido de la fuente, la magia de los ficus y la luz entre los árboles transportarán a sus comensales sin darse cuenta mientras disfrutan de una comida, una cena, un almuerzo o unas copas. Tapas creativas, con ingredientes clásicos y un punto añadido de personalidad.

    El restaurante se encuentra en la plaza de Gabriel Miró, un lugar estratégico y céntrico de Alicante, muy cerca de la principal zona comercial de la ciudad, del Casco Antiguo y del Puerto. Sus ficus centenarios y la majestuosa fuente de 1918 obra del escultor Vicente Bañuls que recibe por nombre «Fuente de La Aguadora», además del Restaurante Plaza Canalla, bien merecen una visita esta primavera. Disfrutar de la buena gastronomía en un entorno así es la combinación perfecta.

  2. Bodeguita 1999

    juan carlos soler

    Un lugar campechano, sencillo y que supone un oasis de calidad y buen gusto en un entorno repleto de locales «atrapa-turistas» de dudosa reputación gastronómica. Las paredes de La Bodeguita, de pizarra, complementan una carta cargada de sabores potentes y deliciosos, de vinos que maridan cada receta a la perfección y de recetas para no dejar ver las cubiertas de unos barriles que hacen las veces de mesa con notable comodidad.

    Platos tradicionales hechos como pocas veces antes. Croquetas de jamón, tortilla de bacalao, anchoas del Cantábrico, gambas a la plancha, chuletón vasco, huevos rotos, arroces... Nada exóticamente llamativo, pero todo rozando la perfección. El buen y amigable trato será un ingrediente más a sumar a toda una larga retahíla de motivos para ir a este restaurante, volver a ir y, cuando ya se hayan probado todos los platos, volver de nuevo a deleitarse con ellos una y otra vez.

  3. Bistrot de Llevant

    juan carlos soler

    Un aire francés, ambiente original y entrañable, acogedor e íntimo, lleno de madera y con una luz tenue que invita a la relajación. La carta no necesita extenderse a lo largo de páginas y páginas para ofrecer algunas de las mejores recetas y productos del país galo, con un punto añadido de elegancia y distinción a ingredientes que destacan por su calidad y buen sabor de origen. Entrantes, platos principales, postres y unas cambiantes sugerencias de temporada para disfrutar prácticamente con los cinco sentidos.

    La tabla de quesos, a la que sólo le falta la bandera francesa, se postula como la elección idónea para abrir boca. Para seguir, costará elegir entre la sopa de cebolla y un elenco de opciones a cada cual mejor. El Bistrot de Llevant tiene platos con un punto personal, a veces incluso picante, que a través de preparaciones sencillas tratan de bajo ningún concepto enmascarar lo más importante de cada una de las recetas y una se las señas de identidad de los auténticos «bistrots»: la buena materia prima.

  4. Thai Corner

    juan carlos soler

    Lejos de su lugar de cuna, la verdadera cocina del sudeste asiático tiene un lugar de referencia en el casco antiguo de Alicante. Thai Corner, su nombre, supone una acertada y breve descripción de lo que el restaurante es: todo un país de sabores concentrado en un pequeño rincón, con las dimensiones necesarias para elaborar platos al más puro estilo tailandés.

    En plena primavera, con un sol cada vez más radiante, su pequeña terraza se convierte en un lugar idóneo para disfrutar de la gastronomía «thai». Distintos rollitos, salteados variados, carnes al curry, sopas, arroces, «noodles» y mucho más. Múltiples opciones que, además, la casa oferta en tres tipos de menú distintos para aquellos que no logren decidirse.

  5. Marcolisa

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    Entre un abanico casi infinito de opciones de gastronomía mediterránea, Marcolisa se erige como rara avis dentro de la zona alicantina. Un restaurante belga-francés, un punto exótico a la par que cercano que cuenta con una tradición culinaria familiar, sabrosa, elegante y cuidada en detalles. Cada pequeño elemento, cada pieza de materia prima, es mimada y tratada como merece para, finalmente, convertirla en un plato a la altura de las expectativas.

    Su carta, que además contempla la opción de agrupar distintas opciones en menús variados, ofrece delicias como la «creme bule» de queso parmesano, el pastel de merluza a la normanda, bolas de queso o, cómo no, un grandioso confit de pato al más puro estilo galo. Además, como no puede ser de otra manera, de las tierras de las «boulangerie» y los más deliciosos bombones de chocolate del mundo, no cabe más que esperar unos deliciosos y tremendamente dulces postres caseros.

  6. Nugolat

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    Un lugar de referencia en Elche. Amado por los padres, que pueden ver a sus hijos jugar por los jardines sin preocuparse, así como por cualquiera que busque una comida sabrosa y de calidad. Nugolat, como lleva años haciendo, ofrece cocina mediterránea con su particular toque personal. Su estrella indiscutible, avalada por los paladares de varias generaciones, se mantiene imperturbable al paso del tiempo: la paella de conejo con caracoles.

    El recinto que rodea a su salón principal, además de una bendición para padres y niños, es especialmente agradable y reconfortante cuando el invierno queda atrás. Un pequeño reducto de tranquilidad, rodeado por campo pero a un paso de la ciudad, en el que disfrutar del entorno y de sus tapas, ensaladas, arroces variados o postres. Un «must».

  7. Las Brasas

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    Carnes de calidad cocinadas de la manera que mejor saben: a la brasa. Al estilo argentino, con un suave y sabroso «chimichurri» como acompañamiento estrella, cualquier tipo de carne puede saborearse con el inconfundible y auténtico sabor que sólo un fuego natural y una buena parrilla otorgan en un ambiente distendido de asador clásico.

    Raciones generosas en un lugar que huye del encasillamiento cárnico: frescas ensaladas, un sorprendente «provolone» en plena ebullición, empanadas criollas, patatas en todas sus formas y con distintas salsas e incluso recetas clásicas con pastas a la italiana. Además, y por si fuera poco todo lo anterior, deliciosos postres caseros para rematar la faena antes de que llegue una cuenta más que ajustada en relación calidad-precio.

  8. Sansano's

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    Un restaurante que, tras treinta años abierto al público, decidió darse un lavado de cara para celebrar tamaña efemérides con una nueva imagen y una reapertura sonada. El renovado local, elegante desde la sencillez y tan luminoso como cómodo, acoge los mismos sabores que antaño, basando su fuerte en una cocina tradicional con productos frescos de mercado. Elaboraciones caseras con buenos ingredientes: una suma que asegura el éxito.

    Un lugar acertadísimo ya sea para comer, cenar o simplemente almorzar o tomar un aperitivo. Tapas deliciosas, variadas ensaladas, amplia y nutrida selección de vinos y platos principales para paladear sin remisión. A destacar, el clásico arroz con costra, fino y con el sabor auténtico; solomillo al Pedro Ximénez con foie o el tierno lomo con una sorprendente y sabrosa salsa al turrón, con un punto dulce que no deja indiferente y una buena guarnición.

  9. La Barra de César Anca

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    En plena Explanada de España, frente al puerto de la ciudad y un Mediterráneo que empapa desde las playas hasta toda una forma de vida, La Barra de César Anca sirve un interesantísimo y suculento tapeo alicantino, cargado de innovación y platos sorprendentes tanto en sus preparaciones como en su resultado final.

    Fríos, sartencitas, tapas «I+D», con huevo, clásicos, carnes, pescados y postres. Una selección variada, con mucho nivel y, hasta en cinco de sus casos, con galardones. Amplitud de miras gastronómica, etiqueta «gourmet» en cada esquina y mezclas de sabores con contrastes acertados en todas las ocasiones. Una delicia al paladar, un momento de buen gusto y unas vistas privilegiadas.

  10. Narcea

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    Los rayos de sol cada vez calientan más, lo que hace más apetecibles los planes cerca del mar. En Santa Pola, uno de los puntos de playa más concurridos de la provincia, la siempre sabrosa región asturiana despliega todo su potencial dentro de los límites de Narcea. Una pulpería que podría estar en Gijón, pero que ofrece lo mejor de su exhuberante despensa a unos minutos de Alicante.

    Entre sus opciones destacadas, lo mejor del norte. Un pulpo a la gallega por el que vale la pena recorrer kilómetros; auténtica fabada que parece sacada de lo más profundo de Covadonga; chorizos a la sidra; cocochas a la bilbaína; solomillo al Cabrales y muchas más opciones con una línea culinaria que atraviesa la cornisa Cantábrica de lado a lado para trazar una diagonal hacia el sureste dando sus más solicitadas recetas casi a pie de playa.

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