Desde la República Checa en busca de las playas gaditanas
Actualizado: GuardarCuando acabó sus estudios, Jana Kovarikova, la joven checa que salvó la vida a dos bañistas en El Palmar, tenía claro que quería ver mundo y aprender idiomas. Por ello marchó de su Praga natal a Inglaterra. Las dificultades con el idioma y la falta de conocidos hizo que se sintiera sola y decidiera poner rumbo a Mallorca. Allí sí tenía un grupo de amigos checos con los que relacionarse, pero se aburrió del lugar y decidió hacer de nuevo las maletas, una vez que controlaba español. Recaló en Tarifa y tuvo que volver a aprender otro tipo de español; el andaluz. «Hablaban muy rápido y me costaba entender las palabras, ahora lo controlo». Risueña y amable, capaz de transmitir su simpatía con un simple gesto. Sus ojos muestran a una persona segura, con una actitud ante la vida que hizo que no dudara en acudir a la ayuda de unos hombres que se ahogaban, pero sin que le dominaran los impulsos por encima de la razón. Una forma de actuar y de ser que valen dos vidas.