La madre de Tamara Leyton asegura: «Dispararon a matar»
La familia de la única víctima mortal recuerda la excesiva violencia que ejercieron contra ellos al recibir numerosos disparos
Actualizado: GuardarTercera y última sesión, por esta semana, del juicio al clan de los Flores con las declaraciones más esperadas, después de haber oído en sala a los tres acusados el primer día. Los testimonios de los familiares de Tamara Leyton habían suscitado cierta expectativa porque ellos fueron protagonistas de los hechos más graves a los que se enfrentan los procesados: el asesinato de la joven puertorrealeña el 5 de julio de 2008.
Cierto es que no aportaron datos nuevos que no estén recogidos en el escrito de acusación del fiscal. Ninguno de los que fueron tiroteados esa noche pudieron ver a los agresores, que se ampararon en la oscuridad de la zona y además, tampoco tuvieron mucha opción. Conforme salían por la puerta recibían disparos de postas.
Esa noche en la zona de El Marquesado, los Flores supuestamente perpetraron dos robos antes de acercarse a la vivienda de la fallecida. Los primeros en revivir ayer lo ocurrido hace tres años fueron el sobrino y la madre de la fallecida. José Alberto Tocino, sobrino de Tamara, relató cómo vieron que había personas merodeando en el exterior y decidieron salir para ahuyentarlos. La finada cogió una «escopeta inutilizada», según explicó también un policía que llegó al escenario del crimen a los pocos minutos, y salieron. No tuvieron ni tiempo para reaccionar porque fueron disparados. Aunque José Alberto recibió varios impactos, pudo entrar de nuevo. Su tía cayó cuando trataba de hacer lo mismo. La acusación particular insistió ayer en varias ocasiones en el hecho de que la víctima apareció boca abajo y que le habían disparado por la espalda.
El fiscal le pidió al joven que tratara de reconocer algún rasgo de los acusados, como la complexión física, pero el chico, tras mirar a través del biombo, no pudo identificarlos. Tampoco lo había hecho durante la instrucción porque no llegó a verles la cara.
La madre de la fallecida fue la siguiente en salir de la casa. «No llegué a traspasar la puerta y sentí tres disparos». Francisca Aguera quería ayudar a su hija, «la veía tirada en el suelo». Pero fue su marido, quien tiró de ella para el interior de la casa cuando la hirieron. «¿Qué si dispararon al aire? ¿Entonces cómo tenía plomo en el vientre? Dispararon a matar» A Francisca le dispararon tres veces: «lo sé seguro porque vi los tres fogonazos». A todos les preguntaron por el número de agresores: «Yo ví tres fogonazos que salían desde distintos sitios. Mucho tenía que correr el que disparaba para que fuera solo uno, ¿no?». Los policías que realizaron la inspección ocular en la finca recogieron doce casquillos de escopeta.
Dos funcionarios policiales también fueron tiroteados cuando se aproximaron a la vivienda al escuchar las detonaciones. Desde un coche que salía a toda prisa y sin luces salieron «dos fogonazos» que no llegaron a impactar en los agentes.